Se cumple un lustro del primer caso de COVID-19 en el mundo: ¿Qué más sabemos de su impacto?

En noviembre de 2019, el mundo conoció los primeros casos de COVID-19 en Wuhan, China, y desde entonces, el virus cambió radicalmente nuestra vida cotidiana y la salud global. Cinco años después, la pandemia ha dejado aprendizajes y secuelas en múltiples ámbitos, uno de los más relevantes es su impacto en la salud cardiometabólica de las personas que contrajeron la enfermedad.

En Chile, un estudio del proyecto FONIS titulado “COVID-19 y su impacto en salud cardiovascular”, liderado por el Dr. Álvaro Cerda y la Dra. Teresa Balboa, ha arrojado resultados preliminares tras nueve meses de seguimiento. Este análisis busca comprender si la infección por SARS-CoV-2 afecta el riesgo cardiometabólico en el corto y mediano plazo.

“Nosotros tenemos evidencias de otros tipos de coronavirus, como el SARS-CoV de 2003, que mostraron un aumento en el riesgo de desarrollar alteraciones metabólicas como la diabetes”, explica la Dra. Balboa, académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad de La Frontera. “Queríamos responder a si las personas que se infectaron tienen mayor riesgo de desarrollar alteraciones metabólicas y la respuesta, en el corto plazo, es que no parece ser así”.

Hasta ahora, los hallazgos son alentadores. Según el seguimiento realizado, el 92% de los pacientes que se contagiaron con COVID-19 presentó síntomas leves o fueron asintomáticos. A los 9 meses, no se registraron cambios significativos en los niveles de glucosa y triglicéridos entre los pacientes que tuvieron la infección y aquellos que no fueron expuestos.

“Lo que hemos encontrado es que tras nueve meses de seguimiento, no hay una influencia del virus en aumentar el riesgo cardiometabólico”, añade Balboa. Este resultado es relevante, ya que estudios internacionales han sugerido un posible incremento del riesgo de enfermedades como la diabetes en personas que han padecido COVID-19. Sin embargo, el estudio chileno muestra que, al menos en el corto plazo, no se observa un aumento significativo en los factores de riesgo cardiometabólico en la población estudiada.

El estudio sigue en marcha, y los investigadores tienen previsto completar un seguimiento de 18 meses. Los resultados finales estarán disponibles en marzo de 2025, lo que permitirá analizar de manera más detallada si existe algún impacto cardiometabólico en el largo plazo en quienes padecieron COVID-19. “Con la alta cifra de personas infectadas por coronavirus en Chile, si existiera un riesgo a largo plazo, podríamos ver una prevalencia mucho mayor de diabetes en el futuro”, concluye la Dra. Balboa.

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