Por Sofía Vargas Roberts seremi vocera de Gobierno en Atacama.
Este fin de semana, Chile vivió una jornada electoral que reafirma nuestra fortaleza democrática y nos llena de orgullo como país. A lo largo de todo el territorio, más de 13 millones de ciudadanos ejercieron su derecho a voto en un proceso que se destacó no solo por la tranquilidad y orden, sino también por la impecable organización y rapidez en la entrega de resultados. Sin lugar a dudas, esta elección se convirtió en un hito que muestra al mundo el compromiso cívico de los chilenos y la solidez de nuestras instituciones.
Es imposible hablar de este éxito sin reconocer la labor fundamental de los vocales y apoderados de mesa, además del esfuerzo de los equipos del Servel, las Fuerzas Armadas y Carabineros. Estos ciudadanos y funcionarios demostraron una vez más que cuando Chile se moviliza, el trabajo en conjunto hace posible jornadas impecables. Gracias a ellos, y al respeto que caracterizó el proceso, Chile se coloca como un ejemplo de democracia para la región y para el mundo.
Los resultados en estas elecciones reflejan también un balance político importante: en la elección de gobernadores, cinco regiones eligieron a su autoridad en primera vuelta, con cuatro triunfos para el oficialismo y uno para la oposición. En las elecciones municipales, el resultado fue de paridad en las capitales regionales, con ocho victorias para la oposición y ocho para el progresismo, incluyendo el éxito de candidatos independientes fuera de pacto. Este equilibrio no solo evidencia la diversidad de pensamiento y posturas en nuestro país, sino también el respeto por los resultados, que fortalece la democracia en todos sus niveles.
La alta participación ciudadana en estas elecciones es un signo de salud democrática. Los chilenos, de todas las edades y regiones, han comprendido la relevancia de su voto y han demostrado que, unidos, podemos construir el país que deseamos. Esta participación da un mensaje claro: el futuro de Chile se define en las urnas, en el debate y en el diálogo constructivo.
Para el oficialismo, estos resultados confirman que la unidad de las fuerzas progresistas es un camino efectivo y con sentido para una amplia mayoría de chilenos. Este apoyo no es casual; es una señal de respaldo a las políticas y acciones que buscan dar soluciones reales y concretas a las necesidades de las familias en cada rincón del país. No obstante, el reto que viene es grande. Esta victoria, lejos de ser un fin en sí misma, debe ser el impulso para redoblar esfuerzos en la búsqueda de una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos.
Por Chile, el mensaje es claro: debemos seguir trabajando juntos, fortaleciendo la unidad y buscando siempre el bien común. La jornada de este fin de semana no solo nos enorgullece; nos recuerda el valor de nuestra democracia y el rol de cada chileno en la construcción de un país más justo y equitativo.