Por Francisco Madero
Gerente General Madero Comunicaciones
El lunes en la tarde participamos de la presentación del proyecto minero “La Farola”, ubicado en el sector de Nantoco de la comuna de Tierra Amarilla ante la comunidad, en el marco del proceso de consulta ciudadana del sistema de evaluación ambiental. Esta iniciativa de Altair Minería, busca explotar un yacimiento de cobre de mediana minería a rajo abierto, con una producción anual estimada de 90.000 toneladas métricas de concentrados de cobre, una inversión de 260 millones de dólares y 17 años de vida útil proyectados.
El ánimo de la comunidad era bastante bueno, con una expectativa de generación de trabajo para la gente de la zona y un trabajo conjunto en capacitación que permita a las nuevas generaciones acceder a los puestos laborales que allí se generen. Una demanda, por cierto, que en otros lugares del país ha prosperado.
Sin embargo, me permití manifestar la necesidad de mirar con mayor confianza la inversión minera, considerando que hace muy poco en Taltal se puso término anticipado al proyecto de almacenamiento de energía central de bombeo Paposo- Colbún, cuando estaba en estudio en el sistema evaluación de impacto ambiental. Esto, en una comunidad que requiere de nuevos recursos, como también la zona, considerando que se trataba de alrededor de 1.400 millones de dólares de inversión.
No queremos que este tipo de decisiones, sean las que primen, entendiendo la necesidad de que la minería tome todas las medidas necesarias para gastar menos agua, en especial en nuestra zona norte donde es muy escasa y por tanto valiosa, y lo necesario para mitigar los efectos sobre las comunidades así como también respecto a la flora y fauna, pero hoy la tecnología y la legislación disponen de una serie de soluciones para que la explotación minera pueda realizarse mitigando sus efectos negativos, por lo que esperamos que se busquen salidas, más que dar portazos a la inversión como respuesta principal.
En ese sentido, entiendo que hay voces que se alzan con temor ante los proyectos mineros. Como gerente de una plataforma de medios de comunicación, creo que la información es tremendamente relevante para conocer las medidas que se deben tomar, para perfeccionar los proyectos, enriqueciéndolos con la mirada y propuestas de las comunidades que conocen sus territorios, sus necesidades y vulnerabilidades, pero también dar la posibilidad a quienes la conforman y están a favor de los proyectos, de hacerse escuchar, ya que muchas veces se tiende a amplificar las opiniones críticas y las oficiales, olvidando a un importante segmento de nuestra población, que también tiene derecho a ser escuchada.
Por eso invito a que desde la Región de Atacama miremos con optimismo la inversión minera y confiemos en la capacidad que tenemos como sociedad de entendernos, dialogar, perfeccionar las propuestas para una minería moderna, sustentable y propia del siglo XXI. Porque somos un país minero, hemos vivido y seguiremos viviendo de la riqueza que está en nuestro subsuelo.