Por Ulises Carabantes A.
Ex Secretario Regional Ministerial de Minería y Energía
Región de Atacama
La semana recién pasada fue aprobada el proyecto de ley que abordaba una reforma al sistema Previsional chileno. Dado la expresa intención manifestada por años por parte de amplios sectores de la izquierda, existía el fundado temor de que que tal reforma en el Congreso avanzara hacia el fin del exitoso sistema previsional chileno. Basta recordar no más las afirmaciones prepotentes y sin respeto hacia los trabajadores chilenos por parte de un integrante de la izquierda, convencional constituyente, durante el proceso de redacción de una nueva constitución para Chile en 2022; cuando expresó sin escrúpulos, «no es tu platita», refiriéndose a los capitales previsionales acumulados en las cuentas individuales de cada trabajador chileno. Más adelante comentaré esto. Por ahora me referiré al resultado concreto de la reforma previsional.
El economista, ex ministro de hacienda y también del trabajo durante el gobierno militar, considerado el padre del sistema previsional chileno, señaló: «larga vida al sistema de capitalización individual». Agregando: «Los hechos han ratificado, una vez más, el rol decisivo de esta revolución por la libertad de 1980. En hacer propietarios a 11.894.566 trabajadores y así fortalecer el crecimiento y la sociedad libre».
Claramente el padre de la capitalización individual de las pensiones aprobó el desarrollo que se le ha dado a su creatura.
Además de lo anterior, el mercado también reaccionó positivamente, manifestándose esto en un alza del índice de precio selectivo de acciones, IPSA, de la bolsa de comercio de Santiago.
Otros economistas han señalado también que esta reforma consolida el sistema de capitalizacion individual y esta reforma traerá una recuperación del mercado de capitales. Hasta ahí todo bien, no obstante hay señales preocupantes.
Chile terminó el año 2024 con claras señales de un Estado conducido en forma irresponsable, un Estado inflado como le gusta a sectores políticos como los que hoy gobiernan Chile y que sólo traen como resultados llevar a la miseria a los países. Dichos resultados se constatan en un déficit fiscal de 2,9% del valor de la producción del país, es decir, lo que le faltó en caja al fisco chileno para cerrar saneada la caja el año 2024 fue del orden de 10 mil millones de dólares. Dicen que el Ministro de Hacienda Mario Marcel todavía busca dicho monto de dinero. Por otra parte la deuda fiscal alcanza un mínimo del 42% del valor de toda la producción nacional. Es decir el Estado chileno debe casi la mitad de lo que el país es capaz de producir anualmente. ¿Por qué estamos enfrentando este escenario? Porque los sectores políticos que hoy gobiernan Chile se dedican a dos cosas: hacer crecer al Estado sin control, cual tumor canceroso, sin control de gastos y por otra parte, el actual Gobierno tiene también otro hobbie, dedicarse a negar el desarrollo de inversiones que traen como consecuencia positiva el aumento de ingreso de impuestos a las arcas fiscales. ¿A quien le asignaron la responsabilidad de solventar tan deplorable manejo fiscal? A los trabajadores chilenos. En la reforma Previsional última quedó establecido que de los 7 puntos porcentuales qué deberán pagarse adicionalmente como fondo Previsional, 1,5 en realidad deberán ir a las escuálidas arcas fiscales como «un préstamo» que se le impuso a lis trabajadores otorgarle al Estado, sin consulta alguna a los trabajadores. En ese aspecto, la reforma previsional más bien parece una soterrada reforma tributaria destinada a sanear la muy mal manejada caja fiscal.
Y respecto de los dichos de aquel prepotente y sin respeto político de izquierda que acuñó la frase «no es tu platita», los chilenos deben tener siempre claro que las cuentas previsionales individuales «SI SON SU PLATITA», obtenida en el marco de un contrato de trabajo, dineros que son tan del trabajador como el monto líquido que recibe mes a mes cada trabajador chileno. Decir lo contrario es simplemente un robo.
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