Por: Ricardo Castro, Director Comercial Berlitz Chile, centro de idiomas que lleva 146 años en el mercado, referente a nivel mundial y pionero en la metodología centrada en la conversación e inmersión cultural.
Se acerca el inicio de clases y muchos padres y madres se preguntan cómo pueden ayudar a sus hijos a destacar académicamente. Las matemáticas, la lectura y la escritura suelen ser las prioridades, pero hay un factor que puede marcar la diferencia en su futuro: aprender inglés desde pequeños. Y no sólo porque pueda ser un requisito en el colegio, sino porque impacta en su autoestima, su capacidad de comunicación y, más adelante, en sus oportunidades académicas y profesionales.
El mejor momento para empezar es antes de la pubertad, idealmente desde los 4 años, aunque partir a los 8 años también tiene beneficios. En esta etapa, los niños están desarrollando sus cuerdas vocales, lo que les permite absorber acentos y pronunciaciones con mucha mayor facilidad. Por eso, quienes comienzan a aprender inglés a una edad temprana pueden lograr una pronunciación tan natural que de adultos parecerán nativos.
Pero el impacto va más allá de la fonética. Aprender un nuevo idioma fortalece la confianza en los niños. Saber que pueden comunicarse en inglés les da una ventaja sobre sus pares y los hace sentirse más seguros en distintas situaciones. No es sólo aprender palabras y reglas gramaticales; es desarrollar una habilidad que los empodera y los prepara para un mundo globalizado.
En Berlitz, a lo largo de los años, hemos visto cientos de casos en que los padres llegan preocupados porque sus hijos tienen problemas con el inglés en el colegio. En nuestros programas, ya sea presenciales en Providencia o en formato online, los niños aprenden de manera natural, entendiendo y hablando el idioma desde el principio. Lo sorprendente es que, tras seis meses o un año de clases, muchos terminan destacando en sus colegios.
Para hacer este aprendizaje más efectivo y entretenido, contamos con una alianza con National Geographic, lo que nos permite usar material actualizado y atractivo para los niños. No sólo les enseñamos inglés, sino también valores como la empatía, el respeto y la conciencia ambiental. Según la edad, utilizamos distintos módulos como Welcome to Our World, Look, Time Zoning e Impact, diseñados para acompañar el desarrollo natural de los niños.
Al final del camino, un niño que empieza a aprender inglés desde pequeño, a los 17 años ya es bilingüe. Y eso le abre un mundo de oportunidades: acceso a literatura académica, mejores opciones universitarias y una ventaja en el mercado laboral. Si hay una herramienta que realmente puede cambiar el futuro de un niño, es esta. Y mientras antes empiece, mejor.
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