En invierno, temporada marcada por bajas temperatura, pero también por alertas ambientales y restricciones, una innovación chilena busca recuperar el placer de estar al aire libre a través de los braseros K-Fire, una apuesta por el calor eficiente.
En las regiones del sur de Chile, el fuego es parte del paisaje y de la cultura. Sentarse en torno a una fuente de calor en una terraza o jardín es un ritual que acompaña desde siempre las tardes frías y las noches largas. Sin embargo, la creciente preocupación por la contaminación atmosférica ha puesto en jaque esta tradición.
Las cifras son elocuentes: en ciudades como Temuco, Osorno y Coyhaique, las alertas ambientales por material particulado son cada vez más frecuentes. En ese contexto, surge una pregunta incómoda: ¿es posible mantener nuestras costumbres sin dañar el entorno?
Desde Kaltemp, empresa chilena con 50 años de experiencia en climatización, la respuesta es un rotundo sí. Su propuesta son los braseros premium K-Fire, una alternativa sin humo que busca ofrecer una nueva forma de disfrutar del fuego, con eficiencia y menor impacto ambiental.
“El fuego tiene una carga emocional y social muy potente. Lo que hicimos fue repensar esa experiencia, con un enfoque en la sustentabilidad y el diseño. K-Fire permite calefaccionar espacios exteriores con llama real, pero sin emitir humo ni contaminar el aire”, explica Manuel Eyzaguirre, Gerente General de Kaltemp.
La clave está en su tecnología de doble combustión, que optimiza el uso de la leña y reduce casi a cero la emisión de partículas. Fabricado en acero inoxidable, con un diseño moderno y liviano, el brasero K-Fire no requiere conexión eléctrica ni gas, lo que permite instalarlo en patios, jardines o terrazas, incluso en zonas rurales o de difícil acceso.
“Nuestro objetivo no era sólo crear un producto bonito, sino funcional. En el sur, calefaccionar un espacio exterior sin generar humo es una necesidad urgente. Ya no se trata solo de comodidad, sino también de salud y normativa”, agrega Eyzaguirre.
La preocupación no es menor. Según datos del Ministerio del Medio Ambiente, la leña húmeda y las fuentes de calefacción tradicionales siguen siendo responsables de buena parte de la contaminación en el sur del país. Las autoridades han intensificado las restricciones al uso de chimeneas y fogones, incluso en zonas donde por años fueron la norma.
“Queremos aportar a un cambio cultural. Demostrar que se puede disfrutar del fuego, del aire libre y de la vida en comunidad, sin sacrificar el entorno. K-Fire es una invitación a volver a reunirnos, pero con conciencia”, afirma el ejecutivo.
Aunque su diseño está pensado para resistir las condiciones climáticas del sur, su uso no se limita al sur. Los braseros K-Fire también se han vuelto populares en terrazas de Santiago, casas de playa e incluso en proyectos turísticos.
Con esta innovación, Kaltemp pone sobre la mesa una conversación necesaria: cómo adaptar nuestras costumbres a un nuevo contexto ambiental, donde el confort y la sustentabilidad no tienen porqué estar en conflicto.
