- En un país con alta centralización de la inversión pública, el transporte terrestre emerge como pieza clave para conectar territorios, reducir brechas y potenciar el desarrollo económico regional. Camiones livianos y medianos se posicionan como aliados estratégicos para fortalecer la logística fuera de la capital.
La descentralización se ha instalado con fuerza en la agenda pública, especialmente desde la elección democrática de los gobernadores regionales en 2021. Sin embargo, la estructura de inversión sigue profundamente centralizada: el 88 % de los recursos públicos aún se asigna desde Santiago, muy por sobre el promedio OCDE de 41 %.
En este contexto, la logística y el transporte terrestre tienen un rol fundamental para impulsar el desarrollo económico regional. Según datos recientes, el 100 % de la carga terrestre chilena se transporta por carretera, y el 90 % de la carga que parte desde Santiago se dirige a otras regiones del país.
“La descentralización real necesita conectividad. El transporte no solo mueve productos, también oportunidades. Facilita el acceso a nuevos mercados y permite a las regiones desarrollar su propio dinamismo económico”, comenta Enzo Beltrán, subgerente de Camiones Chevrolet para Coseche.
El crecimiento de sectores como el comercio electrónico, el turismo rural y el autoemprendimiento ha intensificado la necesidad de contar con soluciones de transporte ágiles, eficientes y adaptadas a las distintas realidades geográficas del país. En este panorama, los camiones livianos y medianos se han vuelto esenciales para pequeñas y medianas empresas en regiones.
“En regiones, es clave contar con vehículos capaces de responder a condiciones diversas, desde recorridos urbanos intensivos hasta trayectos rurales más exigentes”, explica Enzo Beltrán, subgerente de Camiones Chevrolet para Coseche.
En esta línea, el transporte liviano y mediano se ha consolidado como una herramienta fundamental para empresas que operan fuera de la capital, gracias a su equilibrio entre eficiencia, maniobrabilidad y capacidad de carga. Este tipo de vehículos permite mantener la continuidad operativa incluso en zonas con menor infraestructura vial, facilitando el crecimiento de negocios locales y el acceso a nuevos mercados.
La infraestructura vial, que en un 70 % se encuentra fuera de la Región Metropolitana, requiere vehículos preparados para operar en rutas complejas y muchas veces sin pavimentar. La combinación de potencia, eficiencia en consumo y facilidad de mantenimiento se vuelve clave para la operación cotidiana de empresas regionales.
“Vemos casos de negocios en ciudades como Osorno, Copiapó o Coyhaique que han podido expandirse gracias a una logística que responde con rapidez y seguridad. Ahí es donde el transporte marca la diferencia”, concluye Beltrán.