Por Carolina García-Huidobro, gerente técnica de MG Certifica
La industria portuaria es uno de los engranajes fundamentales de la economía chilena. Desde sus muelles se moviliza buena parte del comercio exterior del país, lo que convierte a cada operación, cada movimiento de carga y cada decisión operativa en un acto crítico para la competitividad nacional. Sin embargo, tras la maquinaria, la tecnología y la logística, está el factor humano. Y es ahí donde la certificación de competencias laborales está comenzando a marcar la diferencia.
Este proceso, lejos de ser una formalidad, se ha transformado en una herramienta estratégica para reconocer, fortalecer y proyectar el talento dentro del rubro. La certificación no solo aporta al desarrollo profesional de los trabajadores, sino que incide directamente en la seguridad operacional de las faenas. Y en un entorno donde la precisión y la eficiencia son esenciales, esto no es un lujo, sino una necesidad.
Evaluar competencias no solo sirve para validar lo aprendido en la práctica. También permite diagnosticar brechas, planificar capacitaciones relevantes y delinear trayectorias laborales coherentes con las exigencias del sector. En ese sentido, la certificación funciona como un mapa: ayuda a empresas y trabajadores a identificar dónde están y hacia dónde pueden avanzar. La posibilidad de contrastar el desempeño real con estándares nacionales definidos por instituciones como ChileValora aporta objetividad y claridad a estos procesos.
En el sector portuario, este tipo de evaluación adquiere especial relevancia. La combinación entre conocimientos técnicos, habilidades prácticas y actitudes frente al trabajo define el éxito o el fracaso de una operación. Por ello, la metodología que aplican empresas como MG Certifica permite no solo medir con rigor, sino también intervenir con formación pertinente, cerrando brechas y elevando el estándar de manera continua.
Pero el verdadero desafío está en la cultura organizacional. Aún son pocas las empresas que incorporan la certificación como un eje estratégico de su gestión de personas. Ya no basta con capacitar: hay que evaluar, validar y proyectar. Y para eso, se requiere voluntad directiva y una planificación que considere estos procesos como parte del ciclo anual de desarrollo del capital humano.
Hoy existen las condiciones. Con cobertura nacional y evaluadores disponibles desde Arica a Punta Arenas, las barreras logísticas ya no son excusa. El momento de dar el paso es ahora. Porque certificar no es solo reconocer el valor del trabajo bien hecho, sino también invertir en la sostenibilidad y seguridad de una de las industrias más estratégicas del país.
Acerca de: MG Certifica es un centro de evaluación y certificación de competencias laborales que apoya proactivamente los esfuerzos de las instituciones para contar con trabajadores más productivos y seguros. Institución acreditada por Chilevalora (Ley N.° 20.267) y conformada por profesionales en la gestión de RR.HH.
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