María Paz Núñez, Vicepresidenta de Ausenco Chile
La dureza de los minerales, normativas más exigentes y de alto estándar, junto a la escasez del recurso hídrico, son algunos de los desafíos a los que nos enfrentamos hoy en la industria minera. Temas complejos que impactan directamente la viabilidad y sostenibilidad de los proyectos.
Por eso es relevante adoptar un enfoque holístico que integre eficiencia y sostenibilidad desde las fases más tempranas de un proyecto. Desde los estudios conceptuales hasta la puesta en marcha y la operación, cada decisión cuenta. Desde nuestra experiencia como Ausenco, el considerar estos factores desde el inicio, no solo se reduce la huella de carbono y el impacto ambiental, sino que también maximiza el retorno de la inversión para nuestros clientes. La clave reside en un diseño inteligente y en la implementación de prácticas que optimicen el uso de recursos y minimicen los residuos.
Adicionalmente, un aspecto fundamental para el éxito de un proyecto es la colaboración. Los proyectos suelen ser más eficientes cuando la empresa que define el caso de negocio también lo ejecuta. Esta sinergia es vital para evitar la pérdida de conocimiento entre contratistas -lo que a menudo genera ineficiencias y retrasa los proyectos-, y lograr resultados superiores, con menores plazos de ejecución.
Sin embargo, el desafío más apremiante para la minería chilena y en Sudamérica en los próximos años es la escasez de capital humano calificado. Con varios proyectos de gran envergadura a punto de recibir luz verde y con plazos de ejecución similares, la demanda de profesionales con experiencia superará con creces la oferta actual. Esta brecha podría poner en riesgo la capacidad de la industria para materializar su potencial de crecimiento.
Para abordar esta problemática, la industria debe priorizar la atracción, el desarrollo de talento y la implementación de nuevas tecnologías para mejorar su eficiencia. Esto implica invertir en sólidos programas de desarrollo profesional, tanto para los profesionales actuales como para las nuevas generaciones y por otra parte invertir en innovación y desarrollo. Asimismo, es fundamental promover la diversidad e inclusión, a través de mentorías y apoyo al talento femenino, propiciando entornos donde todos los profesionales, independientemente de su género, puedan crecer y desarrollarse. Al mantener un compromiso en toda la organización y asegurar que las personas vean oportunidades reales de crecimiento y desarrollo profesional, podemos construir una fuerza laboral robusta y preparada para los desafíos del futuro.
Los desafíos que enfrenta la minería chilena son complejos, pero no insuperables. Con un compromiso firme con la innovación, la sostenibilidad, la colaboración estratégica y, fundamentalmente, la inversión en nuestra gente, podemos asegurar un futuro próspero y sostenible para la industria minera en Chile.