Hasta hace poco, reducir el ancho de la nariz sin pasar por una rinoplastia parecía improbable. Hoy, sin embargo, un procedimiento menos invasivo y mucho más rápido empieza a instalarse en las clínicas: la alectomía nasal, una cirugía que promete resultados armónicos con una recuperación breve y que este 2025 asoma como una de las grandes revelaciones estéticas.
A diferencia de la rinoplastia que modifica huesos y cartílagos, la alectomía se centra exclusivamente en la base de la nariz. El objetivo es disminuir su ancho mediante pequeñas incisiones en los pliegues nasales. La intervención dura alrededor de 45 minutos, se realiza con anestesia local y, al ser ambulatoria, permite retomar la vida cotidiana en apenas tres días. Las cicatrices, además, suelen ser mínimas y poco perceptibles.
“Es una cirugía mucho más simple que la rinoplastia, porque trabaja solo en los pliegues nasales y no altera la estructura ósea. Eso permite una recuperación más rápida y cambios que respetan la naturalidad del rostro”, explica el Dr. Eduardo Navia, cirujano maxilofacial de Clínica Costa Verde.
Aunque aún poco conocida, la técnica gana terreno entre pacientes que no buscan transformar radicalmente su nariz, sino alcanzar un rostro más equilibrado. Y no solo en chilenos: parte importante de quienes la solicitan son extranjeros que ven en este procedimiento una alternativa concreta frente a la rinoplastia tradicional.
La creciente popularidad de la alectomía responde a una tendencia más amplia: la búsqueda de procedimientos específicos, de bajo riesgo y con resultados naturales, en contraste con las cirugías drásticas que marcaron épocas anteriores.
De esta forma, la alectomía nasal se perfila como una señal del cambio de paradigma estético en 2025, donde las intervenciones mínimas pero efectivas se imponen como la nueva norma.