Mejor ciudad, menos estrés

El año 2007 marcó un punto de inflexión en la historia global: por primera vez, más personas vivían en ciudades que en zonas rurales. Desde entonces, esta tendencia no ha hecho más que consolidarse, situando a las ciudades en el centro neurálgico de nuestra vida cotidiana.

Haciendo una bajada al contexto nacional, ese punto de inflexión se alcanzó entre 1930 y 1950, y desde el año 2017 cerca del 90% de nuestros compatriotas desarrollamos nuestras vidas dentro de los límites urbanos.

Dicho lo anterior y poniendo en valor a esta mayoría urbana, valdría la pena preguntarse si hablamos lo suficiente de ciudades.

Este fue el objetivo detrás de las Naciones Unidas al establecer el “Día Mundial de las Ciudades”, el cual busca promover el interés de las personas, organizaciones, instituciones y empresas en torno a las ciudades en sus diversos aspectos: ambiental, social, económico, históricos, etc., así como promover la cooperación entre países para identificar y replicar buenas prácticas que contribuyan a mejorar los entornos urbanos de forma más rápida y efectiva.

Cada 31 de octubre, desde 2014, se celebra este día, que ha dado origen también a una hoja de ruta global para el desarrollo urbano: la “Nueva Agenda Urbana”, la cual prioriza aquellos problemas más comunes y urgentes que tienen las ciudades en todo el mundo, como la falta de servicios básicos, la igualdad de oportunidades, la resiliencia ante los desastres o promover espacios públicos seguros y accesibles entre otros. Todos problemas comunes que aquejan a ciudades de todo el planeta.

Este año el lema “ciudades inteligentes centradas en las personas” pretende poner de manifiesto cómo las nuevas tecnologías, basadas en ciencia y datos pueden transformarse en un aporte sustancial a la calidad de vida de las personas. Y cómo no, si el impacto de la inteligencia artificial ha sido tan profundo, que amerita reflexionar en torno a sus posibilidades y beneficios a escala urbana.

Mi visión como ciudadano y arquitecto es que esta celebración es muy útil a la hora de recordarnos la importancia que es hablar sobre las ciudades. Lamentablemente, la conversación en torno a ella es mucho más escasa de lo que debería ser, y en muchos casos bastante pobre en proporción a los desafíos que tenemos por delante.

Mejor ciudad es menos estrés, más tiempo y mayor tranquilidad. Más vida sana y salud. Hablar sobre ciudad podría ser un buen primer paso para conseguirlo.

Por Giuliano Pastorelli Paredes

Director de Arquitectura

Campus Creativo

Universidad Andrés Bello Concepción

Síguenos en facebook

Comparte

Facebook
Twitter
WhatsApp
error: Contenido protegido!!!