- Lo que comemos, cómo usamos las pantallas y hasta dónde compramos los lentes influye en nuestra visión. Los riesgos poco conocidos y no todos los mitos son tan inofensivos como parecen.
Desde los supuestos beneficios milagrosos de algunos alimentos hasta la idea de que las pantallas “arruinan la vista”, estos mitos influyen en las decisiones de miles de personas en el cuidado de la salud visual. Para aclarar estas dudas, la tecnóloga médica especialista en oftalmología y académica de la Universidad Andrés Bello, María Soledad Fierro analiza algunas de las afirmaciones más extendidas y explicó qué hay realmente detrás de ellas.
Una de las creencias más repetidas sostiene que el consumo de zanahoria mejora la vista. Fierro aclara que, aunque esta idea tiene una base real, suele interpretarse de manera exagerada. “El consumo de zanahoria te ayuda a mantener la salud visual”, señala, debido a su aporte de vitamina A, indispensable para la formación de pigmentos en la retina. Sin embargo, advierte que no basta un solo alimento para garantizar una buena visión: “Una buena alimentación en general ayuda a mantener un cuerpo saludable”.
Uso de lentes
Otro mito frecuente es el de que leer con poca luz puede dañar los ojos. La especialista explica que esta práctica no deteriora la visión, pero sí provoca molestias. “Principalmente lo que esto genera es agotamiento en nuestros ojos, dolor, sequedad y enrojecimiento al ejercer un mayor esfuerzo visual”, detalla. El problema, por lo tanto, no es de daño estructural, sino de fatiga visual.
Fierro también se refiere a la extendida idea de que los lentes de sol adquiridos en la calle ofrecen la misma protección que los vendidos en ópticas. A su juicio, se trata de uno de los mitos más riesgosos. “En los adquiridos en locales establecidos deben tener la certificación del filtro UV que poseen y que es lo que da la protección ocular”, afirma. El uso de lentes sin certificación puede ser aún más perjudicial, pues al oscurecer la visión permiten que la pupila se dilate y entre más radiación sin ningún tipo de filtro.
En otra línea de creencias erróneas, la tecnóloga médica aborda la supuesta “dependencia” que generaría el uso permanente de lentes ópticos. Frente a ello, es categórica: “El uso de lentes prescritos por un profesional solo ayuda a tomar conciencia de la calidad visual que posee el usuario y nos ayuda a mejorarla, disminuyendo sintomatología y daño”. No es que los lentes perjudiquen la vista, sino que las personas perciben con mayor claridad la diferencia entre ver bien y ver mal.
Pantallas y gotas
Las pantallas, omnipresentes en la vida diaria, también han dado pie a interpretaciones equivocadas sobre su impacto en la visión. Fierro explica que el problema no radica en la luz azul, sino en el comportamiento visual. Según detalla, el uso prolongado de dispositivos electrónicos produce una disminución del parpadeo, lo que afecta la lubricación ocular: “La calidad de la lubricación del ojo es deficiente, además también se producen síntomas de fatiga visual”.
Finalmente, la especialista advierte sobre el uso indiscriminado de gotas diseñadas para “sacar lo rojo” de los ojos, un recurso frecuente en la automedicación. No recomienda su utilización: “Para nada”, afirma. En su lugar, destaca que la lubricación adecuada debe hacerse con lágrimas artificiales específicas para cada caso, ya que estas “ayudarán con la resequedad y disminuirán el enrojecimiento” sin generar efectos secundarios.
María Soledad Fierro enfatiza que la salud visual debe sustentarse en información confiable y no en creencias heredadas. En un escenario donde los ojos están expuestos a mayores exigencias que nunca, derribar estos mitos es clave para proteger la visión y prevenir problemas futuros.









