El sentimentalismo de fin de año

El fin de año es un momento de reflexión y balance, donde se evalúa lo que se ha logrado y lo que no. Sin embargo, esta época también puede ser fuente de estrés, ansiedad y tristeza para muchos.

¿Cuál sería la razón de que el fin de año nos afecte? A juicio de especialistas, esto ocurre porque existe una diferencia entre los objetivos que nos trazamos al inicio del año y lo que alcanzamos a lograr al finalizar este. Si no logramos algunos objetivos que nos planteamos surgen sentimientos de inadecuación y frustración que se explican porque la sensación de no haber cumplido las expectativas que nos trazamos nos genera ansiedad y estrés; la diferencia que surge entre lo que logramos y lo que esperábamos lograr provocará sentimientos de frustración y decepción, por otro lado, si tenemos tendencia a compararnos con los demás puede empeorar nuestros sentimientos de inadecuación.

Para poder superar el sentimiento que agobia, en primer lugar, es necesario aceptar aquello que no se logró, reconocer que no todo sale tal como se planea y que eso es parte de la vida. Es necesario focalizarse en lo positivo del año en vez de lo no logrado y destacar lo conseguido con éxito.

Tener autocompasión es necesario para ser amables con uno mismo y reconocer que todos pueden cometer errores y aprender del año que se va, que las propuestas de metas para el próximo año deben ser más realistas y fáciles de lograr.

Fin de año es un momento para reflexionar y crecer, no para castigarse. Es necesario tomarse un momento, respirar y celebrar los logros.

Por: Juan Videla Alfaro
Máster en Salud Mental, Facultad Enfermería
Universidad Andrés Bello

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