Cuando el reloj marcaba las 21.35 horas del domingo 21 de diciembre, cerró sus párpados la joven Lorena Aróstica Castillo (*27-04-1999 +21-12-2025), en una de las camas del hospital de Antofagasta, donde permanecía en tratamiento.
La joven tierramarillana de 26 años dio una gran batalla por doblarle la mano al inclemente destino que le correspondió afrontar, logrando incentivar también a la comunidad nacional e internacional a apoyarla en su lucha, ya fuese orando por su salud o cooperando económicamente para la compra de sus medicinas.
En este vía crucis, los padres, esposo y familia de “Lorenita”, como la llamaban, realizaron un desgarrador llamado a la solidaridad y al sentimiento de los atacameños para reunir más de 40 millones necesarios para comprar del remedio que le permitiera sanar de la compleja Leucemia Linfoblástica Aguda que padecía, un tipo de cáncer a la sangre que la mantenía hospitalizada en Antofagasta.
A pesar que el esfuerzo de los amigos y vecinos que se sintieron tocados por el drama y dolor de Lorenita y su familia se cumplió el 15 de diciembre, reuniendo los más de 40 millones de pesos requeridos, a la postre fue en vano. Hoy sólo queda en la retina de la familia y la gente la burocracia e indiferencia de quienes ostentan el poder y los recursos para llegar a tiempo… en particular, el estamento político, ya sea presente en el parlamento o a nivel del Ejecutivo.
“Lorenita” con su voz suave, con sus palabras llenas de esperanza y humildad… encarnó lo que nos hace falta: FE y ESPERANZA… motivó a cientos de personas a no bajar los brazos… ella estaba dando la batalla más importante de su vida… su propia vida… ella encarnó ese versículo que dice: “Esfuérzate y sé valiente” (Josué 1:6). Y lo fue no bajó los brazos… ahora otros deben seguir ese ejemplo.
Este medio informativo, que comenzó con la campaña solidaria y conoció el drama de la joven tierramarillana, hace llegar sus condolencias a la familia, haciéndose parte del dolor que les embarga, por que su dolor es nuestro dolor. Un abrazo fraterno a su madre Lorena Castillo Alfaro, a su padre Mauricio Aróstica Pereira sus hermanos Mauricio y Isaías; a su esposo Brayan Cárdenas Maulen y a su familia.
1 Tesalonicenses 4:13-14: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”.
Apocalipsis 21:4: «Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron».
Sus restos serán velados en la sede de la junta de vecinos de Villa Estadio de Tierra Amarilla
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