Señor Director:
Observamos a los candidatos a la presidencia del país balbucear sobre Chile, sobre la “gente”, sobre el “pueblo”, el “futuro” y los “derechos”, como elocuentes amantes y defensores de la patria. Sin embargo, el cargo de Presidente de la República hoy no es más que ser el Gran Suche de la siniestra sinarquía mundial. El “Presidente” de la República de Chile es, en términos concretos, el administrador de las imposiciones del Gobierno Mundial: Facilitar el posicionamiento de los “migrantes” –el recambio poblacional–, implementar las estipulaciones de la Escuela de Frankfurt –“reescribir” la historia, fomentar la “ideología” de género, la destrucción de la familia y la difusión del igualitarismo y el materialismo– y transformar a la nación en un mercado de baratijas gracias a los tratados comerciales y el globalismo.
Significativamente, ninguno de los candidatos ha hecho mención alguna a la soberanía, a la auto-determinación o a la mera existencia de la nación chilena. Menos aún a nuestra historia, a nuestros valores y a nuestra concepción del mundo.
El país es sencillamente un “territorio” más de la Aldea Global.
Rafael Videla Eissmann
18 de Noviembre de 2021