Arnaldo Canales
Director Ejecutivo
Fundación Liderazgo Chile
Como cada fin de año miles de jóvenes viven un gran momento de presión y stress por los procesos de selección universitaria, sumado al agotamiento por un año complejo debido a las clases híbridas a raíz de la pandemia, cambios en su vida cotidiana y procesos de aprendizajes, la exigencia de las notas para lograr tener una mejor posición en la carrera a la que se postula, además de decidir qué es lo que quieren hacer “por el resto de la vida”.
Datos para Chile y América Latina indican que en promedio el 50% de los jóvenes abandona sus estudios por problemas académicos, económicos y de adaptación a la vida universitaria, entre otros. Entonces, ¿para qué sumarles más presión a los jóvenes? ¿cómo prepararnos para dar la PTU?, interrogantes complejas, pero que como Fundación Liderazgo Chile queremos ayudar a resolver para afrontar con éxito el examen de admisión desde la Educación Emocional.
Lo primero es la Auto confianza. Sí logran prepararse con tiempo y ser rigurosos con un plan de trabajo permanente, hay que confiar en ese proceso. Se debe propiciar el que tengan un auto diálogo positivo que les permitas ser cariñosos consigo mismo, más aún cuando sabemos que el 90% de las conversaciones son internas y solo el 10 % restante se verbaliza con otros. Asimismo, es necesario promover la aceptación y no sufrir por la presión social del qué dirán.
De igual forma hay que preparar el camino para saber qué hacer si los resultados no son los que esperan, más aún cuando estudios indican que el 80% del éxito de un profesional está en las habilidades socio emocionales como el auto liderazgo, la responsabilidad y la perseverancia. La vida está llena de pruebas y nuestra cuantía como ser humano se mide por aspectos que van mucho más trascendentales que una prueba de selección.
Asimismo, es necesaria una preparación previa en no sólo en términos mentales, sino que también físicos, pero por sobre todo en lo emocional, es decir, dedicar un par de minutos al día para hacer algún deporte, salir a caminar o realizar ejercicios de respiración. El mundo emocional puede ser un gran factor de éxito o fracaso, por lo que es necesario fomentar en los jóvenes el equilibrio, la calma, la tranquilidad y el sosiego al momento de la prueba.
Finalmente, es vital apoyarlos en el reconocimiento de su mundo emocional de manera tal que puedan ponerles nombre a sus emociones, validarlas y legitimarlas, más aún al momento de rendir la prueba, instancia que de por sí es sumamente tensa y frente a la cual es muy posible que los jóvenes le envíen una señal de amenaza a su cuerpo debido a su estado de alerta. Si esa emoción del miedo está muy presente, la mente les jugará en contra.
El que a nuestros hijos les vaya bien o mal en la PTU no es garantía de nada. La vida es un tránsito largo que necesita muchas más herramientas y aprendizajes que memorizar fechas o resolver problemas matemáticos, lo cual no quiere decir que las ciencias y las matemáticas, no sean importantes, al contrario, lo son, pero en su justa medida. Lo primordial es su felicidad, bienestar y formación como una persona íntegra, y para eso la educación emocional es fundamental.