Turbulencias en Chile: la ministra estrella de Gabriel Boric camina en la cuerda floja

“Yo soy mujer, joven, de izquierda, morena, de Arica, medio aimara, con ojos achinados, crecida en Maipú, educada en un colegio picante [de mala calidad] que nadie conoce”.

Izkia Siches, de 36 años, es la actual ministra del Interior del gobierno de Gabriel Boric y en 2017 hizo una comentada reseña de sí misma en una entrevista como la primera presidenta de la historia del Colegio Médico de Chile, cuando ni siquiera imaginaba que años más tarde su vida cambiaría. Hoy es la principal secretaria de Estado, la colaboradora más directa del mandatario, pero también es la figura del gabinete que ha sido más cuestionada tras una serie de pasos en falso.

“La templanza es mi nueva compañera”, dijo Siches en una de las pocas entrevistas que brindó luego de varios percances que minaron su reputación en el gobierno, adonde llegó como la gran estrella de la campaña previa al ballottage en el que Boric venció al líder de la ultraderecha, José Antonio Kast. Durante esas semanas, recorrió el país convertida en una figura aglutinadora y su imagen amamantando a su hija recién nacida en medio de la gira se transformó en una de las postales de la victoria. Ahora, ese impulso se ha ido desdibujando.

“Su situación cambió completamente”, señala Mauricio Morales, analista político de la Universidad de Talca. “¿La razón inicial? Apenas llegó al gobierno, la ministra Siches pecó de ansiedad y desde el primer día intentó convertirse en la figura más relevante del gabinete. Por esa razón quiso dar un golpe comunicacional de entrada y su primera actividad fue una visita a la zona del conflicto mapuche en La Araucanía con el fin de mostrar que ella y el gobierno tenían una estrategia distinta con respecto a lo que hizo la administración de Sebastián Piñera. Sin embargo, la actividad no resultó, su equipo fue recibido con balazos y denotó otro problema: que la ministra ha intentado transformar todo evento político en un evento comunicacional, y eso le ha generado muchísimos riesgos”, añade el académico.

Nacida en la ciudad fronteriza de Arica, en el norte chileno, e hija de un contador y una tecnóloga médica, el camino político de Siches se inició en su época universitaria cuando ingresó a estudiar medicina en la Universidad de Chile en 2004 motivada por la profesión de su madre. Tras conseguir su objetivo, y ocupar cargos de representación universitaria, entró a militar a las Juventudes Comunistas, aunque dejó la colectividad en el tercer año de la carrera.

Tras graduarse como médica cirujana, se especializó en medicina interna. En paralelo ocupó cargos en el Colegio Médico y se transformó en la primera mujer en liderar ese órgano. “Con tan solo 34 años, la Dra. Izkia Siches Pastén ha mostrado ya un asombroso liderazgo y enorme potencial”, escribió de ella Michelle Bachelet, expresidenta chilena y alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, en la reseña que realizó para la revista Time, que le eligió como una de las 100 líderes emergentes del mundo.

“Hay errores no forzados y hay problemas de experiencia, pero también es obvio que hay una oposición dura que está apuntando a Siches como su principal objetivo. Es difícil que ahora ella haga algo sin que no salga alguien a criticarla, muchas veces sin tener razón. El Ministerio del Interior es una cartera de competencias muy cruzadas; es la jefatura del gabinete, pero también es el encargado de las regiones, de los temas migratorios y el responsable de la seguridad pública, lo cual es una condición que es muy difícil de llevar”, dijo a la nacion José Miguel Insulza, exministro del Interior chileno, actual senador y exsecretario general de la OEA.

Entre los tropiezos de Siches destacan varias polémicas. Uno tuvo que la utilización del término Wallmapu para referirse al territorio ocupado históricamente por los mapuches y que se extiende a ambos lados de la frontera, lo que le valió duras críticas de representantes de la oposición argentina y acusaciones de “pretensión secesionista” por parte de Chile.

Otro episodio tuvo que ver cuando criticó a la Justicia chilena. “Si yo pillo [encuentro] a una persona al lado de un evento, de un crimen y es en Las Condes, es rubio y tiene un apellido, no pasa nada”, dijo con relación a una de las comunas más ricas de Santiago, lo que le valió una fuerte respuesta de la Corte Suprema y de la propia alcaldesa del municipio mencionado.

Sin embargo, su mayor error ocurrió en el Congreso. Ante la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados afirmó que un avión con personas extranjeras expulsadas por el anterior gobierno debió retornar a Chile con todas ellas a bordo. “Emití información incorrecta”, se excusó luego la expresidenta del Colegio Médico ante la polémica.

Aquello le valió numerosas críticas, solicitudes de renuncia y hasta la idea de varios parlamentarios de acusarla constitucionalmente. Para Patricio Saavedra, doctor en Psicología y académico del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Estatal de O’Higgins, la situación de Siches es casi “insostenible”.

“La grave crisis de seguridad ciudadana y orden público que atraviesa el país, han precipitado que la ministra se encuentre en una caída libre casi imposible de remontar. De hecho, se puede argumentar que a pesar de su alta aprobación y popularidad inicial, la ministra Siches ya es un fusible quemado dentro del equipo de gobierno”, dice Saavedra

Pese a críticas como las del exministro de Salud Enrique Paris, quien señaló que a Siches le faltaban preparación “y un poco más de cultura”, la ministra ha intentado instalar un nuevo ciclo y dejar los problemas atrás, y según algunos analistas puede tener una nueva chance.

“Me parece apresurado pensar en sacarla de su cargo, la ministra aún tiene capital político y tiene una segunda oportunidad para enmendar el rumbo”, aseguró Rodrigo Espinoza, coordinador académico de la Escuela de Ciencia Política de la UDP.

La Nación

 

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