Por Ulises Carabantes A.
Ex Secretario Regional Ministerial de Minería. Región de Atacama.
El colapso de terreno que se ha generado en la Comuna de Tierra Amarilla y que es conocido por todos ha generado múltiples y diferentes opiniones. En muchas de estas opiniones se aprecia un evidente afán de desacreditar ante la comunidad a la industria minera y a profesionales o empresas especialistas que en ella operan. Gran protagonismo ha tomado el alcalde de Tierra Amarilla, Cristóbal Zúñiga, por el hundimiento en cuestión, habiendo viajado incluso a Santiago para exponer sobre la materia ante el Presidente de la República, logrando la presencia del Primer Mandatario en su comuna y con esto, la cobertura de los medios de comunicación de alcance nacional. Acompañó en esa misión al alcalde tierramarillano el Gobernador Regional Miguel Vargas y la diputada Daniela Cicardini.
Por otra parte, hemos sido testigos de algunos hitos comunicacionales, como aquel que publicó un diario regional respecto de este problema de clara especialidad técnica minera. Dicho hito comunicacional contempló la entrevista a un académico de la Universidad Alberto Hurtado de Santiago, la cual no tiene tradición minera, ni imparte ninguna carrera relacionada con la industria minera. Algo no menor, pues, como se verá más adelante en estas líneas, dicho hito comunicacional pone en cuestión la transparencia, ética y capacidad técnica de la Universidad de Atacama, nuestra universidad regional, de indiscutible tradición minera. El profesor de la Universidad Alberto Hurtado, Sebastián Ureta, sociólogo de profesión, se aventuró, sin ser especialista en la materia, a hablar de asuntos mineros, como ya se ha dicho por medio de un diario regional que circula en Atacama. En dicha publicación, el sociólogo Ureta, hizo mención y desacreditó en forma lapidaria el trabajo efectuado entre los años 2014 y 2015 en la llamada Mesa Minera. Dicha instancia se creó y trabajó por un hundimiento aparecido en las cercanías de la boca mina de la Mina Santos, la cual se encuentra aledaña a la población Luís Uribe de Tierra Amarilla. Formaban parte de dicha Mesa Minera las empresas Atacama Kozán, Pucobre, Minera Carola y Minera Candelaria. Además estaba representada la comunidad de Tierra Amarilla por medio de los representantes vecinales de ésta y por el Sindicato de Pirquineros de Tierra Amarilla. La Municipalidad de esta comuna también estuvo presente y como garante técnico y de transparencia, nuestra universidad regional, la Universidad de Atacama, institución a la cual el sociólogo y profesor de la Universidad Alberto Hurtado cuestiona en su ética y capacidades técnicas en materias mineras. En los años 2014 y 2015 se efectuaron los trabajos técnicos para determinar si el hundimiento producido en la Mina Santos afectaba a la población Luís Uribe y al resto de la comuna de Tierra Amarilla. Los resultados indicaron dos conclusiones fundamentales: el hundimiento que se había producido era resultado de la actividad minera de la Mina Santos y por otro lado, se construyó un completo catastro de labores mineras subterráneas en toda el área, cuyo resultado indica que no había labores mineras bajo la comuna de Tierra Amarilla. Estos trabajos fueron financiados por las cuatro empresas mineras integrantes de la señalada Mesa Minera como ya se describió y como también ya se ha dicho, contó con la garantía técnica y ética de nuestra Universidad de Atacama.
Sin embargo, el sociólogo Sebastián Ureta, académico de la Universidad Alberto Hurtado, junto con un tesista de dicha universidad, calificaron la Mesa Minera referida como un “espectáculo público”, afectando en primer lugar la credibilidad de nuestra universidad regional, la Universidad de Atacama. Además, el sociólogo Ureta pone en tela de juicio la ética profesional y humana de la empresa Ingeosat, una empresa de nuestra región, especialista en geomensura, la cual desarrolló los trabajos, siempre bajo la supervisión y control del Departamento de Minas de la Universidad de Atacama. El cuestionamiento a esta empresa regional por parte del sociólogo santiaguino Sebastián Ureta tiene relación con el hecho que Ingeosat ha sido prestador de servicios de las cuatro empresas que constituían la Mesa Minera y de acuerdo con las convicciones del sociólogo Ureta esto provocaría que “desde un principio ya se sabía cuál iba a ser la difusión de esa mesa, dado que era financiado por las mineras y quienes hicieron los archivos técnicos, los resultados siempre iban a ir a favor de lo que las empresas mineras querían, que era decir que no habían riesgos en las faenas mineras en Tierra Amarilla”. Es decir, con estos dichos textualmente citados, el académico de la Universidad Alberto Hurtado, el sociólogo Sebastián Ureta, está tratando de corrupta a una empresa regional como Ingeosat y de la misma manera está tratando a nuestra Universidad de Atacama. Además de lo anteriormente señalado, el sociólogo Sebastián Ureta, en forma irresponsable, efectuó una evaluación técnica que concierne conocimientos de mecánica de rocas, para tratar de acreditar que podría haber cavidades bajo la ciudad de Tierra Amarilla. Esto es tan complejo como si un ingeniero de minas hiciera una publicación en un diario respecto de los problemas cardiacos que pueda haber en los seres humanos. Más complejo resulta que un diario regional en su edición del miércoles 3 de agosto del presente año, se preste para tamaño disparate. En lo que concierne a la Universidad Alberto Hurtado, no es muy halagüeño que un académico de su departamento de sociología cometa la imprudencia de exponer sobre mecánica de rocas, disciplina claramente del área minera y no sociológica.
Finalmente, en la publicación ya referida, el sociólogo pide que sean las empresas mineras que operan en Tierra Amarilla las que financien un nuevo estudio. Así fue en el estudio desarrollado en el 2014 y 2015, pero el académico de la Universidad Alberto Hurtado cuestiona dicho financiamiento por parte de las empresas, señalando “Ellos tienen que poner el financiamiento para que un ente independiente, que no sean de la región, y ojalá que no sea chileno, pueda evaluar el riesgo de las faenas mineras en Tierra Amarilla…”. Esto, publicado, como ya se ha dicho, pero es menester repetirlo, en un diario de la Región de Atacama, el miércoles 3 de agosto de 2022; es un verdadero ataque y descalificación a los profesionales que trabajan en nuestra Región de Atacama y en consecuencia resulta inaceptable. Lo mismo, descalifica el sociólogo Ureta y falta el respeto a la tradición y trayectoria minera de la universidad de nuestra región, la Universidad de Atacama. No deja de llamar la atención, que este académico de la Universidad Alberto Hurtado, tenga también una pésima valoración de los profesionales chilenos, porque al referirse a quienes deberían ser los ejecutores de nuevos estudios, señaló “y ojalá que no sea chileno…”.
Volviendo al actual hundimiento aparecido en Tierra Amarilla, el Presidente de la República acudió al llamado o invitación que le hiciera el alcalde de dicha comuna Cristóbal Zúñiga para verificar en terreno el problema existente.
Fue recibido el Presidente en el lugar por ejecutivos de Minera Candelaria, dueña de mina Alcaparrosa, donde se le explicó la situación. Es relevante destacar que un nuevo proyecto minero como han sido las labores en mina Alcaparrosa que deberían haber contribuido al hundimiento en cuestión, antes de su inicio debe presentar un proyecto de explotación y plan de cierre para ser sometido a la evaluación del Servicio Nacional de Geología y Minería, sin cuya aprobación no se podrían haber iniciado los trabajos. Si los trabajos se iniciaron, es porque la autoridad del Estado de Chile dio su aprobación y conoce cabalmente los alcances de las labores que contemplaba este nuevo proyecto de Alcaparrosa y hasta donde se alcanzó a trabajar en el momento en que se produjo el hundimiento. Dado esto, resulta sano para la tranquilidad de los habitantes de Tierra Amarilla, que el Servicio Nacional de Geología y Minería, SERNAGEOMIN, informe a la comunidad respecto de este proyecto que comenzó el año 2017. El SERNAGEOMIN tiene la palabra.
Posterior a la visita del Presidente Gabriel Boric a la zona del hundimiento el jueves 25 de agosto pasado, se efectuó una reunión de autoridades políticas en el Estadio Eladio Rojas de Tierra Amarilla. Estaba contemplado un punto de prensa a las 15 horas, no obstante el Primer Mandatario inició dicha actividad con casi una hora y media de retraso, debido a asuntos relativos con el terrorismo en el sur del país.
Respecto de la materia, es decir, el hundimiento ya señalado, el Presidente le quitó toda validez a las explicaciones técnicas mineras que han dado los ejecutivos de Minera Candelaria, señalando “quiero que sepan que ante las declaraciones de unas de las altas autoridades de la empresa involucrada, en donde desliga la relación de causalidad entre el socavón y la sobre explotación, mediante tronaduras, de la mina en cuestión, le digo que a él no le corresponde definir esa causalidad o no. Lo van a definir los expertos y nuestro deber es trabajar por la gente y los habitantes de Tierra Amarilla”. Si cabe un comentario a estos dichos, es indicar que en la industria minera precisamente trabajan expertos en minería y si bien nadie pueda afirmar que la apreciación de la Compañía Minera se la última palabra, si se puede decir que es una apreciación técnica válida a cotejar con los estudios que han otros especialistas.
Señaló también el Presidente “A empresas extranjeras les debemos exigir el mismo estándar que tendrían en sus propios países y por lo tanto, mejorar la fiscalización, por parte de los organismos técnicos del Estado es un deber y un mandato que en conjunto con los parlamentarios de la zona hemos asumido”. Es importante destacar también, para conocimiento de todos, que es sabido y reconocido que la minería chilena tiene los más altos estándares ambientales y de seguridad a nivel mundial.
Finalmente, dadas las circunstancias políticas que a esa hora del jueves 25 de agosto pasado se estaban desarrollando en Santiago, el problema del hundimiento en Tierra Amarilla salió totalmente de la agenda informativa de los medios de comunicación de cobertura y alcance nacional, no cumpliéndose en definitiva el objetivo que tenía el alcalde de Tierra Amarilla Cristóbal Zúñiga, de poner el asunto en el centro de la atención nacional.
