Diócesis de Copiapó despidió al padre Lucio Andrade

Misa de exequias y posterior cortejo al cementerio marcaron la despedida al sacerdote

Sacerdotes, diáconos y fieles de toda la diócesis se reunieron este jueves 13 de octubre para celebrar la misa de exequias del padre Lucio Andrade, en la Catedral de Copiapó.

La misa fue presidida por el obispo, Monseñor Ricardo Morales, quien destacó la figura del padre Lucio como un hombre “inteligente, estudioso, pudo haber desarrollado una gran carrera eclesiástica y académica, pero prefirió volcarse a los demás”. Relevó que “fue cura obrero, cuando eso era una novedad, porque experimentó que el Señor le pedía ese compromiso concreto, evangelio encarnado”. Habló de su compromiso como dirigente sindical, con cercanía, amistad y humanidad. “Si el evangelio no se encarna, no es evangelio”, dijo el obispo, “porque es amor y ternura de Dios siempre presente, y predilección por los pequeños, los vulnerables”. Relató también, cuando el padre Lucio fue presidente de la junta de vecinos de Carrizal Bajo, colaborando en la instalación de electricidad en esa localidad. Hizo una metáfora al decir: “Trajo la luz del evangelio ahí donde estuvo”, y continuó diciendo: “Que este testimonio no quede en el recuerdo, para que a nosotros también nos interpele el dolor del hermano”. Parafraseando al p. Hurtado, dijo: “Lucio buscó a Dios, lo ha encontrado, ahora lo posee”. Y concluyó: “Lucio, que estés sentado en la mesa del Señor, levantes una copa y brindemos por la resurrección que el Señor nos promete”.

Al final de la misa, tomó la palabra Javiera Silva, sobrina del p. Lucio, en nombre de toda la familia. Con emoción y cariño agradeció a las personas que cuidaron a su tío, entre ellos, las hermanitas del Hogar de ancianos de Copiapó, y la comunidad de Caldera junto a su párroco, el p. Juan Barraza. Quienes tomaron espontáneamente la palabra después, recalcaron el inconmensurable amor del padre Lucio por Jesús, su compromiso social y político, su mirada crítica de la Iglesia, su vocación de servicio a los demás, su carácter fuerte, su erudición y su sencillez.

Camino al cementerio

Terminada la misa, las personas acompañaron los restos del padre Lucio hasta el cementerio municipal de la ciudad, para su sepultación en el mausoleo de los sacerdotes. Allí hubo un momento para las últimas palabras de los presentes.

El padre Lucio partió al encuentro del Señor el pasado martes 11 de octubre, a la edad de 93 años.

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