Don Manuel Ladino Curiqueo, representa a una generación mapuche migrante, siendo integrado al trabajo y la sociedad en el Siglo XX, pero en un entorno carente de la sapiencia de su lengua nativa, elementos fundamentales para la verdadera integración cultural, sintiéndose en algunas oportunidades segregado dentro su propio país; pero esto lo hizo tomar más ahínco y no permitir que se mantuviera en el olvido su etnia; hecho que provocó que se avocara con todas sus fuerzas la labor de transmitir a sus hermanos en el complejo espacio citadino, todo el conocimiento adquirido por sus ancestros durante su juventud, representando para él uno de los desafíos más importantes y quizás imposibles de lograr.
A partir de este rol y con la certeza de que era cabeza y no cola, Don Manuel contribuyó así durante muchos años al desarrollo y revitalización de su cultura a través de diversas publicaciones, entre ellas el Manual Básico de la Cultura Mapuche en varias ediciones, además del activo trabajo con jóvenes en un centro cultural en el centro de Santiago y de la formación de educadores tradicionales mapuche en el marco del Programa de Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio de Educación.
Por consiguiente, todos estos antecedentes y otros más que sería bueno conocer, hizo que don Manuel Ladino Curiqueo, fuera reconocido por la sociedad chilena como un cultor mapuche, y por su propio pueblo como un kimche, un sabio, un conocedor profundo de la lengua y la cultura mapuche, poseedor de un conocimiento ancestral y de un título que no muchos tienen la fortuna de apoderarse.
Por otra parte, luego de haber hecho historia desde el génesis de una sociedad que los consideraba “diferentes”, hasta llegar a ser reconocido en el año 2013, como Tesoro Humano Vivo por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, por ser un destacado cultor y trasmisor de la lengua, demostrando la visión del mundo mapuche en el espacio urbano. Permitiendo enriquecer la diversidad cultural de su país Chile. Confirmando nuevamente su amor y devoción por no ser olvidados, y peor aún discriminados; para ello, alzó su voz y llego a la cúspide donde sólo los valientes vencerán. Y él venció; porque preparó una generación de personas instruidas en todo el conocimiento Mapuche, dejando plasmado distintas obras literarias que permitan conocer a nuevas generaciones el amor que de él emana porque en Chile y el mundo sepan que los mapuches tienen su propia historia.
Hoy a sus 77 años, quien más que él puede entender a cada uno de los migrantes que llegan a este país y que de una u otra manera han experimentado el “Síndrome del Inmigrante” como hace muchos años atrás él mismo explicó de una manera elocuente y empática.
Finalmente, para la suscrita siendo migrante, oriunda de Barranquilla- Colombia, que llegó a este país en el 2012, la historia de un hombre que en algún momento se sintió migrante dentro de su propio país (CHILE), hizo empatizar aún más el sentido del porque seguiremos asegurando que nosotros los migrantes no haremos apología del delito, pensamiento que también tiene nuestro cultor don Manuel Ladino, convirtiéndose en un objetivo para ambos, el poder trasmitir que la multiculturalidad nos enriquece, porque nos distingue por tener formas y actitudes diferentes frente a los mismos fenómenos.
YAIDIS SANTANA OBESO
Abogada
Especializada en Alta Gerencia en Economía Pública
Secretaria de Asoc. Nacional de Abogadas Internacionales en Chile
(ASUDERECHO)