Por Carolina Cortés Henríquez, Directora Sename Atacama.
El proceso de reflexión crítica, llevado a cabo durante los últimos años respecto a la situación de niños niñas y adolescentes, ha contribuido a la formación de una conciencia colectiva creciente en la sociedad chilena y en las instituciones del Estado, acerca de la necesidad de un cambio en el abordaje de las diversas situaciones que se constituyen, básicamente, como un problema social. Una tarea difícil pues, al mismo tiempo, es un problema dinámico donde las variables y los contextos cambian vertiginosamente y se presentan como diversos.
El desafío está en una respuesta de alto estándar a todas las situaciones, ya sean de baja, mediana o de alta complejidad, donde no sólo basta con tener una buena ley, robusta y eficiente, o simplemente un nuevo servicio especializado, sino que también exige acuerdos, capacidad de trabajo, conocimientos, voluntades, entre otras variables que permitan hacer operativo este conjunto de medidas.
Por otra parte, debemos instalar, de manera frecuente y sistemática, el enfoque preventivo como la forma adecuada de enfrentar una determinada temática de importancia para el sano desarrollo de la infancia y la adolescencia. Éste tiene que gozar de altos estándares en bienestar y desarrollo de los niños niñas y adolescentes, de lo contrario, el problema crecerá y se incrementará sin control.
En definitiva, el desafío planteado no sólo tiene que ver con el abordaje del problema, sino también con el funcionamiento normal y corriente de la institucionalidad, la sociedad, las redes, y todos los actores y ámbitos que se relacionan cotidianamente con los niños niñas y adolescentes de Chile.
Tal como señaló el Presidente Gabriel Boric, “es un deber del Estado chileno, independiente quién esté a cargo, acompañar a la niñez y adolescencia, protegerlas y apoyarlas integralmente”. Sin embargo, sabemos que desde la institucionalidad aún estamos en deuda en esta materia, pero estamos trabajando, sin descanso y con mucho compromiso, para eliminarla y, asimismo, entregar una atención integral oportuna, con enfoque de género, derechos humanos y con una mirada actualizada y acorde a los nuevos tiempos.