- Misa se ofició en su actual parroquia, Nuestra Señora de la Esperanza
Una hermosa celebración tuvo lugar en la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza de Copiapó, la tarde de este jueves 17 de noviembre, cuando la comunidad celebró junto a su párroco, P. Jaime Pizarro Díaz, sus 22 años como sacerdote.
La misa comenzó con emotivas palabras de agradecimiento de Nélida Carmona, en representación del consejo parroquial y de la comunidad. Ella destacó el cariño, la paciencia, la dedicación del p. Jaime, y destacó la generosidad de la familia para acompañar su ministerio. Tuvo especiales palabras al recordar a la mamá del p. Jaime, la señora María, que falleció en febrero de 2021.
En su homilía, el p. Jaime recordó su ordenación, en la catedral, de manos del entonces obispo, Monseñor Fernando Ariztía. Dijo que durante estos años “he tenido dificultades, preocupaciones, pero ninguna me ha quitado la alegría, no me han hecho desviar la mirada en otro sentido”, y agregó que “ha sido muy importante el cariño de muchas personas, empezando por mi familia y la comunidad parroquial”. También expresó que “lo único que mueve mi vida es un amor más grande y más exclusivo con el Señor, fruto de la madurez que uno va haciendo en su vida sacerdotal; lo fundamental es que uno es cura porque está profundamente enamorado del Señor, amor que llena la vida entera; en eso todos ustedes me han ayudado”, y en la parte final dio las gracias a los presentes “por haberme adoptado en esta comunidad a la que llegué hace dos años, una comunidad muy sana, muy bonita”.
En el ofertorio, se llevó al altar un dibujo de don Fernando Ariztía, como signo de la importancia que tuvo este pastor en la vocación y el ministerio del p. Jaime. En la asamblea se encontraba su papá Jaime, su hermano Mauricio, su cuñada Pamela y sus sobrinas, además de personas de Chañaral, donde el p. Jaime fue párroco por dieciséis años antes de llegar a su actual comunidad.
Después de la misa hubo una convivencia muy abundante y rica, en la que el p. Jaime compartió con su familia y agentes pastorales, en un grato ambiente de alegría.
