El proyecto pionero en el país fue liderado por la Dra. Floria Pancetti Vaccari, académica de la Universidad Católica del Norte Sede Coquimbo y el Dr. Claudio Salas de INIA-Intihuasi, y constató la disminución de la exposición a agroquímicos en agricultores, tras aplicar técnicas de manejo sustentable y otras medidas.
Pan de Azúcar es una localidad rural de la comuna de Coquimbo, ubicada a 10 minutos de la ciudad puerto, concentra un gran porcentaje de las plantaciones agrícolas de la región, terrenos dedicados en gran parte a la agricultura familiar campesina de hortalizas, flores decorativas, hasta productos gourmet que llegan a gran parte del país.
Durante dos años la UCN, con Inia Intihuasi, y gracias al financiamiento del Gobierno Regional de Coquimbo a través del Fondo de Innovación para la Competitividad FIC-R, ejecutó el proyecto «Uso consciente de agroquímicos en Pan de Azúcar».En ese marco, se capacitó a un grupo de agricultores en temáticas como el manejo de los agroquímicos, la protección que deben tener al trabajar o las técnicas de control fitosanitario, entre otros temas; logrando al término del proyecto constatar la disminución de la exposición de los trabajadores agrícolas a este tipo de sustancias a través del monitoreo de muestras de orina y sangre de los participantes.
Gracias al proyecto liderado por la Doctora Floria Pancetti Vaccari, Directora del Departamento de Ciencias Biomédicas y miembro del Comité Académico del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica del Norte, se pudo dar cuenta de la posibilidad de contar con una agricultura más limpia, con menor impacto ambiental, por medio del uso de herramientas como control biológico, además se redujo y reemplazó el uso de plaguicidas órganofosforados y carbamatos; todo ello por medio de la implementación de un programa de capacitación de manejo integrado de plagas y buenas prácticas agrícolas, a pequeños productores del sector rural.
Impacto positivo en la salud
La iniciativa contempló la toma de muestras para el monitoreo de agroquímicos, constatando al término del proyecto el impacto positivo en la salud de los agricultores de esta zona rural de la comuna de Coquimbo, hecho que también beneficia a las y los consumidores de los productos, quienes tienen menos riesgo de intoxicación.
La iniciativa, contó con la participación de las cooperativas Agrodepa (productores de hortalizas) y de Floricoop (productores de flores), quienes valoraron el aporte tanto para su actividad productiva como para su salud.
«La palabra que resume todo esto es gracias. Hubo mucha gente que trabajó en este proyecto y los resultados están a la vista: la evidencia de que ha habido un avance en lo que hacemos son los resultados y lo que vimos en los gráficos. Y, viendo el certificado, siento que ha sido una escuela. Esto no sólo va en beneficio nuestro como agricultores, sino de nuestro entorno, y de nuestra comunidad», explicó María Olaya Leiva, presidenta de la Cooperativa Agrodepa.
“Hace mucho tiempo que estábamos buscando la forma de ocupar este tipo de productos, además del manejo sustentable de los procesos productivos. Durante el proceso, todas las prácticas que realizamos fueron eficientes. Y uno de los logros más significativos ha sido la disminución de nuestra exposición a estas sustancias», señaló Gabriel Martínez, presidente de Floricoop.
Trabajo pionero
Durante dos años se realizaron 26 charlas técnicas y talleres orientados a conocer detalles del manejo integrado de plagas y del uso de elementos de protección personal, indispensables para el resguardo de productores y trabajadores agrícolas.
“Las cooperativas Floricoop y Agrodepa ahora tienen el conocimiento para hacer el control sostenible de plagas y no depender de los plaguicidas químico-sintéticos, principalmente, los organofosforados y carbamatos. Hoy tienen las herramientas para hacer una agricultura más limpia, con menor impacto ambiental, utilizando herramientas como control biológico, y eso demostró que su salud se ve beneficiada y, a su vez, beneficia a los consumidores de los productos que vienen de Pan de Azúcar, quienes tendrán menor riesgo de intoxicación”, precisó Claudio Salas, director regional de INIA Intihuasi.
La iniciativa contó con la asesoría y apoyo de un equipo multidisciplinario integrado por profesionales de la Pontificia Universidad Católica (PUC), Universidad Católica del Maule (UCM) e integrantes de Red Colaborativa de Investigación de Enfermedades en Trabajadores Agrícolas.
En el cierre del proyecto, quienes participaron recibieron equipamientos de protección personal y constancias de participación en talleres, convencidos del aporte que representó para el desarrollo de actividades productivas sustentables con el medio ambiente y con la salud de todos los productores.