El martes 17 de enero se dieron a conocer los resultados de las más de 187.225 postulaciones a las universidades adscritas al Sistema de Acceso a la Educación Superior, en el marco del proceso de admisión 2023 que se extendió entre el 3 y 6 de enero.
Si bien la oferta educacional en Chile es amplia, siempre existe la posibilidad que alguna persona no sea seleccionada en la carrera y/o institución que deseaba. Ante esto, Karina Tejada, Directora de Psicología en la sede Antofagasta de la Universidad Santo Tomás, entrega algunas recomendaciones para enfrentar este momento.
No dejarse llevar por la frustración
“La frustración es un sentimiento legítimo de experimentar, lo que se debe resguardar es que no se prolongue”, comenta Tejada, asegurando que el mantener esta emoción puede incluso llevar a episodios depresivos, por lo que llama a tomar acciones junto al círculo cercano: familia, padres y amigos.
Según la académica, en este punto es necesario adecuar las expectativas familiares y personales, además de contar con alternativas en el proyecto de vida, “evaluando los recursos materiales, sociales, de redes y de capacidades personales, junto con los intereses y motivaciones con que se cuenta para ingresar a la Educación Superior”.
También recuerda que la PAES se realizó luego de un periodo de pandemia que estuvo “cargado de incertidumbres, de alta afección emocional y que afectó procesos de aprendizaje”. La profesional agrega que además se suma la falta de información referencial sobre la distribución y comprensión real del valor de los puntajes obtenidos, contexto en el que “a la posible frustración, la antecede la ansiedad”.
Poner el próximo proceso de selección como meta
Tejada asegura que es importante disponerse a más o nuevas alternativas, reajustando el proyecto a las nuevas condiciones existentes. En este sentido, señala que “hay que considerar que hoy existen instancias intermedias para volver a rendir la PAES, y que contemplan el uso del mejor puntaje obtenido. Además, está la opción de estudiar en institutos profesionales, como los de Santo Tomás, que cuentan con planes de continuidad”, añadió la profesional.
Indica que este periodo de tiempo puede tener un gran uso: “Tomar la pausa de tiempo para reevaluar, realizando actividades que fortalezcan ese proyecto, sean estos para abordar brechas de aprendizajes o generar recursos, por ejemplo, económicos, que aporten a la autonomía”.
Mejor esperar que entrar y desertar
Muchas personas pueden verse apremiadas por la necesidad de ingresar a la Educación Superior, aunque hacerlo en una carrera o institución no deseada puede provocar un problema mayor a futuro: la deserción.
Según la Directora de Carrera, esto es algo que se debe evitar, ya que es “una situación que complejiza los logros en los proyectos de vida, aumenta la experiencia de frustración, e intensifica los sentimientos de tristeza y desilusión asociados”.
“Otro riesgo, puede ser una pobre valoración de sí mismo, un conformismo y falta de motivación, donde lo central no es la vocación, sino el deber de cumplir, pudiendo generar sentimientos prolongados, también de frustración”, añade.
De todas formas, Tejada pide no ser tajante con todos los casos: “No todos los procesos de maduración personal son iguales, por ello no son pocos los jóvenes que entran a carreras que no estaban dentro de sus primeras preferencias, pero al avanzar en el proceso formativo van descubriendo y desplegando sus habilidades, generando altos niveles de motivación y adecuado desempeño académico”.