Paul Sfeir nació en Viña del Mar en la región de Valparaíso. Estudió ingeniería y luego la carrera de comunicación social, siendo esta última la profesión que ejerce tanto en Chile como en Estados Unidos. Como periodista, cree en la importancia fundamental de la información veraz desde adentro. Esta vez intenta llegar al Consejo Constitucional a representar a quienes quieren que se acabe la farsa, a quienes quieren que los dejen ganarse la vida en paz, a quienes están tan claros -como él- en que el relevo es imprescindible y que ya es hora de que los politiqueros se vayan a sus casas, todos aquellos que la gente ya sabe quiénes son porque han profitado de la política durante décadas.
En esta ocasión, Sfeir se sometió a las preguntas de nuestro medio y dejó en claro que es un tenaz crítico de la izquierda “ha vivido a costa de Pinochet durante cinco décadas” y, en especial, de este gobierno que ya “se farreó un año”.
¿Qué diferencia tienen sus propuestas respecto de las que presentan los candidatos oficialistas y los de la derecha “tradicional” de “Chile Seguro”?
-Me diferencia todo. Soy parte del Chile de a pie. No soy político normal. Soy un ciudadano normal interesado en política. Mi intención final no es la de ganar o perder. Mi fin último es ayudar a que Chile no pierda, aunque sea por una vez en la historia.
No hay manera de que me parezca en algo a los candidatos de izquierda o de la otrora centro derecha. Yo no negocio con comunistas como sí lo hacen ellos.
¿Qué diferencia tiene este “nuevo proceso” eleccionario respecto de la convención constitucional?
-La diferencia es de forma. Maquillaje. De fondo creo que es lo mismo y se va a ver al poco andar del Consejo Constitucional.
¿Piensan que es posible ganar si el gobierno de Boris sigue haciendo propia esta nueva elección?
-Si, porque confío plenamente en que los candidatos de mi partido están diciendo sus verdades y la sociedad civil está empezando a comprendernos.
Los Republicanos estamos cansados de esta farsa y competimos contra quienes negociaron entregar la República y la institucionalidad a los autores de una idea trasnochada que nada tiene que ver con la libertad y la democracia.
¿No sería como un “abrazo del oso” para los candidatos oficialistas, dada la mala aprobación social que tiene hoy el gobierno?
-La gente peatona como yo, que expresa sin cortapisas sus ideas y que quiere libertad, Estado de derecho, justicia, “el chancho mejor pelado” y por sobre todo que los políticos la dejen tranquila, será la que decida a quien le aplica el “abrazo del oso”.
El gobierno de turno estuvo un año de farra. Este 2023 va por el mismo camino. La delincuencia con el moño suelto; el narcotráfico arruinando la vida de nuestros jóvenes; la inmigración ilegal con más derechos que los chilenos; el terrorismo campeando; las miles de ofertas de campaña incumplidas y un etcetera interminable. Sin duda que el voto castigo se les viene encima a los conglomerados que nos metieron en esto otra vez.
¿Cómo piensa convencer al votante que hoy dice estar asqueado de la política y los políticos?
-No necesito convencerlos. Yo soy del equipo de los asqueados.
Como Republicano, en caso de ganar el cargo, ¿cuáles serán sus propuestas en la Convención?
-Lo que se pueda lograr desde adentro del Consejo Constitucional va a depender de cómo sea la configuración de las fuerzas políticas representadas en el Consejo, de las propuestas que envíe la Mesa de Expertos, y de lo conectados que estén los consejeros con el verdadero jefe en todo esto, la sociedad.
Mi principal propuesta es trabajar para que se termine esta farsa. En este mismo sentido, y sin tener que esperar a ser elegido para un puesto o cargo, la semana que viene estaré en el Congreso Nacional en Valparaiso reunido con parlamentarios de nuestro sector a fin de iniciar el vínculo imprescindible entre Congreso y Consejo para pedir desde ya impulsar modificaciones urgentes a la Constitución vigente que permitan detener esta “historia eterna” en que nos metieron los políticos. No necesito decir quiénes son…
¿Influirá en una votación a favor de su sector la campaña oficialista de resaltar los 50 años del golpe militar?
-Espero que sí. Los chilenos estamos cansados de que nos hagan pagar la culpa de la historia. La izquierda se ha dedicado a vivir por cinco décadas del Sr. Pinochet. Es su comodín para inspirar esa lástima absurda que hay que tenerles y que les genera dividendos económicos y políticos harto “suculentos” por cierto. En cambio, la derecha no ha hecho un negocio del Sr. Allende porque, a decir verdad, a mi parecer no tiene ni un brillo que sacarle.
El Partido Republicano encarna a la verdadera derecha chilena moderna, la que no tiene ni vergüenza ni miedo de saberse y definirse como derecha y no quiere parecer ni de centro ni de izquierda.
Es hora de hablar de un proyecto país conveniente para todos los chilenos 24/7/365. Lo demás seguirá siendo una farsa tras otra.
¿Podría ocurrir lo mismo con traspasarle el costo del rechazo de la reforma tributaria a la derecha?
-Contra la reforma tributaria votó la derecha, la ex centro derecha y parte importante de la izquierda. Republicanos votó en contra porque era un pésimo proyecto. La izquierda votó en contra porque están todos peleados entre ellos. Se vengaron unos de otros…
Este gobierno tiene tres características resaltantes; es producto del odio, no está bien preparado y sus bases doctrinarias son de extrema izquierda, una mentira que no ha funcionado en ningún país del mundo. Es un gobierno tan o más fallido que el anterior.
