Pneumo 23: La vacuna que protege a las personas mayores en Chile

Jenny Garay
Académica Escuela de Enfermería, U.Central

En Chile casi un quinto de población tiene más de 60 años, las mejoras sanitarias, la disminución de la natalidad y los cambios epidemiológicos, han generado una inversión de la pirámide poblacional, que se traduce en un envejecimiento progresivo de la población con una baja tasa de recambio. Es decir, no sólo existe más población sobre 60 años, si no que el aumento progresivo y acelerado de la esperanza de vida, también posibilita mayor cantidad de personas octogenarias, nonagenarias y centenarias. Este fenómeno es conocido como “Envejecimiento de la vejez”, y revela el aumento de personas que podrían necesitar recursos y servicios especiales de atención a raíz de las necesidades específicas que comienzan a presentarse en los años más tardíos del ciclo de vida.

Esto no significa que la persona mayor se enferme, sin embargo, si generan mayor predisposición a los cambios que afectan al sistema inmune y su respuesta frente a agentes infecciosos, y la estructura y función del sistema respiratorio, generando mayor vulnerabilidad a determinados microorganismos.

Precisamente uno de estos microorganismos de importancia corresponde a Streptococcus Pneumoniae, ya que involucra gran variedad de cuadros clínicos asociados a una alta morbilidad y letalidad y que causa enfermedades de diversa gravedad, como otitis, sinusitis, bronquitis, neumonías, meningitis, septicemias y enfermedad neumococica invasora, por lo que en nuestro país se trata de un problema de salud pública y se han destinado recursos específicos para prevenir su contagio. Una estrategia generada es la incorporación de diferentes vacunas en el Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) para los grupos de mayor riesgo.

A partir de 2009, se incorporó de forma anual al calendario de vacunación del PNI la administración de Pneumo 23V a todas las personas que tienen o cumplen 65 años durante el transcurso del año, y los mayores de esa edad que no habían recibido la protección específica. Esto porque ese año se confirmó el mayor número de cepas de Streptococus pneumoniae procedentes de casos de enfermedad neumocócica invasora, con el 14,1% del total de cepas del periodo analizado (901 cepas), y se observó una tendencia al descenso entre los años 2009 y 2014, que demuestran la efectividad de la vacunación.

A pesar de los recursos destinados a esta vacunación gratuita, los datos del Departamento de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) revelan una baja y lenta cobertura a través de los años, logrando un 21% al año 2011, 28% en 2012, y 33,1% en 2020.  Existe escasa evidencia respecto a las razones por las que la población adulta mayor chilena no se está vacunando y esta baja cobertura de inmunización es un problema latente a nivel nacional, puesto que la morbilidad asociada a esta infección afecta la calidad de vida en la vejez, repercutiendo sobre la funcionalidad de los adultos mayores, y a su vez en los recursos humanos, materiales, económicos y sociales que el país debe movilizar para compensar la función.

Es relevante que las autoridades de salud pública y los profesionales afines busquen entender cómo viven los procesos de vacunación los distintos grupos etarios, como se explican estas bajas coberturas y de qué manera se pueden plantear estrategias efectivas para promover la vacunación en los adultos mayores chilenos.

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