Por Ulises Carabantes Ahumada
Ingeniero Civil Industrial.
Gran inquietud ha habido en la pequeña minería del país por las señales que da el actual gobierno de no importarle esta actividad que es una fuente laboral para miles de chilenos.
Bien conocemos las lamentables apreciaciones emitidas por el subsecretario de minería Willy Kracht hace un par de semanas respecto del proyecto nueva Fundición Paipote, en que aseveró que dicha iniciativa no era rentable y que dado eso simplemente se descartaba. Ante la molestia e indicio de tomar acciones por parte de los gremios de la pequeña minería de Atacama y de otras zonas del país como también por parte de la Sociedad Nacional de Minería, el subsecretario en cuestión debió cambiar su discurso respecto del mencionado proyecto.
En paralelo, la pequeña minería de la Región de Valparaíso como así también de otras regiones de la zona central de Chile han vivido su propio drama. El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Valparaíso se pronunció en contra de la continuidad operacional de la planta Catemu de CEMIN, unidad productiva que opera como parte del poder de compra de la ENAMI en la zona interior de la Región de Valparaíso, en la comuna de Catemu. Tal decisión sorprendió a los ejecutivos de CEMIN quienes argumentan que el proceso de evaluación ambiental pasó por todas las etapas, como lo estipula la institucionalidad ambiental vigente, proceso que duró 15 meses y que incluyó dos participaciones ciudadanas en que la empresa escuchó a las comunidades cercanas al proyecto para considerar las visiones de éstas y en consecuencia efectuar las modificaciones al proyecto, como fue por ejemplo la cantidad de mineral a procesar, el que se redujo desde 150 mil toneladas por mes a sólo 110 mil toneladas mensuales. No obstante esto, el SEA de Valparaíso rechazó la continuidad de la operación de la planta dejando con esto un efecto de 1.200 personas sin trabajo.Pero, al parecer, poco a poco se está tomando conciencia del daño que hacen estas lamentables decisiones, que no se ajustan a la normativa vigente y que tienen como resultado un negativo impacto socio económico considerable. El Gobernador de Valparaíso Rodrigo Mundaca manifestó su molestia sin disimulo, quien le manifestó al sector de la pequeña minería de su región que el gobierno no se podía dar “el gustito” de dejar 1.200 personas sin su fuente de trabajo. Desde el Centro de Minería de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso también manifestaron su “preocupación”, señalando que la planta CEMIN Catemu tiene alta importancia para la investigación minera en dicha zona. Por su parte el presidente de la Sociedad Nacional de Minería Jorge Riesco argumentó que el informe con el que el SEA de Valparaíso tomó la decisión de paralizar la planta, tenía importantes errores de cálculos técnicos. Por su parte, 39 agrupaciones de pequeños mineros iban a respaldar un paro que iba a considerar incluso el bloqueo de rutas con camiones y otros equipos usados en la actividad minera, en una acción que la presidente de la Asociación Gremial Minera de San Felipe Patricia Beiza denominó “estallido minero”. Los gremios de pequeños mineros de Catemu, San Felipe, Putaendo, Rancagua, Melipilla, Petorca, Cabildo y Región Metropolitana, no dejaron de recordar lo ocurrido con el cierre de la Fundición Ventanas donde más de mil compatriotas quedaron sin trabajo, algo que a las actuales autoridades pareciera no importarles. Total, para ellos el maná cae del cielo… Finalmente y después de manifestaciones de los mineros en Valparaíso, la Comisión de Evaluación Ambiental de dicha región se reunió el pasado lunes 17 de julio y revirtió lo decidido por el SEA de la misma región, aprobándose la continuidad operacional de la planta Catemu, punto de entrega de mineral de los mineros de las regiones de Valparaíso, Metropolitana y O´Higgins. Al parecer se está tomando conciencia que sólo con la presión los chilenos podrán mantener sus fuentes laborales, que son ni más ni menos que su sustento diario. Algo muy simple de entender pero que sin embargo muchos no entienden.
Y en Atacama las cosas no están mejor. El miércoles pasado se reunió en dependencias de la Asociación Minera de Copiapó el vicepresidente ejecutivo de la ENAMI, Jaime Pérez de Arce y su equipo con dirigentes de las principales agrupaciones de pequeños mineros de Atacama. Pérez de Arce vino a Atacama a buscar apoyo a su gestión de parte de los gremios dada las dificultades que enfrenta por no contar con el respaldo del subsecretario de minería Willy Kracht y con un directorio de la Empresa Nacional de Minería dividido, unos con Jaime Pérez de Arce y otros con el subsecretario, situación que, según lo que comentan dirigentes mineros, sólo va en desmedro de ellos, pues terminan siendo “el jamón de sándwich”. Por otra parte el vicepresidente ejecutivo de la ENAMI informó que la fundición Hernán Videla Lira continuará su operación, situación sobre la cual había dudas pues se había definido que esta unidad de producción entraría en mantención pero sin fecha definida para la puesta en marcha, hecho que encendió las alarmas en el mundo de la pequeña minería. Por último, ayer jueves, se emitió desde el Congreso una definición en cuanto a la voluntad política de ejecutar un proyecto de nueva fundición y refinería por parte de la ENAMI, algo muy general, una especie de declaración de buenas intenciones, pero que se puede asumir como un compromiso, el que no es más que el que se tomó al decidir el cierre de la fundición Ventanas en la Región de Valparaíso.