Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) reveló que las limitaciones derivadas de la pandemia de COVID-19 alteraron las interacciones sociales tempranas de los niños y niñas nacidos durante la pandemia, afectando a su desarrollo del lenguaje.
Un reciente trabajo, publicado en la Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología por el equipo de investigación «Comunicación Multimodal y Desarrollo Humano» (COMDEH) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), demostró que el desarrollo del lenguaje de los niños nacidos al comienzo de la pandemia es más lento en comparación con aquellos nacidos previamente a la crisis de la COVID-19.
Como parte de su estudio, las investigadoras examinaron datos de desarrollo tanto del vocabulario como de la morfosintaxis —la habilidad para producir frases cada vez más complejas— de 153 niños y niñas de entre 18 y 31 meses de edad.
Los resultados obtenidos por el estudio español muestran puntuaciones más bajas en vocabulario y desarrollo morfosintáctico para el grupo nacido durante la pandemia en comparación con el grupo pre, evaluados a través del Inventario de Desarrollo Comunicativo MacArthur (CDI).
La fonoaudióloga y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Chile, María Paz Rojas, explica que uno de los factores que puede haber influido en este resultado es el confinamiento y todo lo que esto conlleva ya que provocó que los niños tuvieran menos experiencias significativas que aportaran a desarrollar su lenguaje.
“También el hecho de que los padres y madres estuvieran con teletrabajo muchas veces interfirió en la dinámica familiar y, por tanto, en los espacios para tener interacciones de calidad para el desarrollo del lenguaje. Es muy común que se hayan generado ambientes estresantes, poco estimulantes y con exceso de pantallas”, agrega la profesional.
Adicionalmente, el uso de mascarillas también podría impactar ya que generó que los niños y niñas tuvieran menos retroalimentación visual para la adquisición de movimientos específicos para el habla, sobre todo para aquellos que ya venían desarrollando un trastorno del lenguaje previamente.
Con respecto a la situación en Chile, Rojas informa que, si bien no hay estudios comparativos para afirmarlo con base en la evidencia, es bastante común escuchar que la percepción de madres, padres, profesores fonoaudiólogos u otros profesionales que trabajan con niños, es que el impacto en el lenguaje fue muy evidente.
“Muchos de los que nacieron durante la pandemia o que vivieron sus primeros años durante ese periodo fueron hablantes tardíos y/o presentaron más dificultades en el cumplimiento de ciertos hitos del desarrollo del lenguaje”, afirma.
Menos vocabulario
La académica de la U. Autónoma sostiene que uno de los impactos más importantes del COVID en el desarrollo del lenguaje fue la adquisición de vocabulario. Según el desarrollo típico, se espera que al año aproximadamente los niños empiecen a decir sus primeras palabras y luego, de a poco, vayan adquiriendo muchas más y de mayor complejidad.
Primero aprenden las palabras de su entorno más cercano, lo relacionado a su familia y su casa, y luego van agregando otras relacionadas a otros contextos, en la medida que se van insertando en ellos e interactuando.
“Un niño o niña -dice- para aprender nuevas palabras necesita estar expuesto a ellas en el contexto que sea propicio para eso, entonces en pandemia fue muy difícil que un niño o niña que vive en un departamento conociera de manera natural las palabras que están relacionadas al jardín infantil o colegio, a la naturaleza, al parque, a los amigos, etc. No es lo mismo mostrarles una foto o un video que realmente estar ahí, interactuar y tener aprendizajes significativos en torno a esas interacciones”.
Esto genera otros impactos posteriores, como el desfase en la formulación de oraciones, el desarrollo de un discurso acorde a la edad y la adquisición de habilidades de conciencia fonológica. “Por esto mismo -añade- también existe la percepción de que hubo un impacto en el lenguaje escrito ya que las habilidades que se nombraron están a la base del desarrollo de la lectoescritura”.
¿Es posible revertir este menor desarrollo? La fonoaudióloga afirma hay niños que, con la progresiva vuelta a la normalidad y el acceso nuevamente a los jardines, colegios, la reactivación de la relación con sus pares y familias, quizá pueden alcanzar rápidamente las habilidades del lenguaje que se encontraban desfasadas.
“Otros probablemente requerirán de más ayuda -advierte- y en ese caso es muy importante la labor de los establecimientos educativos. Es importante que quienes presenten desfases en el lenguaje asistan a terapia fonoaudiológica para que ellos y sus familias puedan recibir apoyos y estrategias que ayuden a potenciar su lenguaje”.