Obispo celebró misa por el Día de la Vida Religiosa en el Santuario de la Candelaria
Con palabras de agradecimiento comenzó su mensaje el obispo de Copiapó, Monseñor Ricardo Morales, al celebrar la misa por el día de la Vida Consagrada, el pasado jueves 10 de agosto, en el Santuario de La Candelaria.
En su homilía, el obispo dio gracias por el trabajo, la entrega y la paciencia de la vida religiosa, “por lo que significa para nuestra diócesis la vida consagrada, especialmente la femenina”, señaló que “donde hay un dolor, donde hay alguien necesitado, ahí están las consagradas”. Recordó a la hermana Petronila Adasme, religiosa de la comunidad del Prado, fallecida el pasado 8 de agosto, y cuya misa de exequias se estaba celebrando en Santiago. “Hoy se despidió en Santiago a la hermana Petro, testimonio clarísimo de lo que es la vida consagrada femenina, estar donde hay una necesidad humana que acompañar. Ella estuvo en la pastoral social, en la cárcel, con los ancianos, es reflejo de lo que es la vida consagrada”. También el obispo reconoció a la mujer en la Iglesia: “… sabemos lo necesario que es que la mujer tenga más espacios de decisión en la Iglesia, no sólo la necesaria presencia espiritual, que es tan valiosa… no esperemos que cambien las normas para escuchar la voz de la mujer en las instancias de decisión, su presencia es relevante e insustituible, su aporte nos humaniza”.
El obispo subrayó que “en la Semana Teológica Pastoral que estamos finalizando, todas las expositoras eran mujeres, salvo el último día que estuvo un varón” y puso énfasis en que las mujeres y especialmente las religiosas “dan formación, entregan su testimonio, son Iglesia en salida, en la periferia, donde hay una lágrima que enjugar y un dolor que consolar; por eso, no son solo depositarias, son también artífices”: El obispo invitó a las religiosas presentes “a ser protagonistas de los cambios que es necesario hacer; vayamos adelante con esa fuerza con que María sale a anunciar, a ayudar. En mí, siempre tendrán un hermano para acompañar”.
A continuación, las religiosas renovaron sus votos frente al altar, y luego el obispo regaló a cada una un cirio, tradición que Don Ricardo comenzó el año pasado, para que sea el signo del envío que reciben por parte del pastor para sus diversos servicios pastorales, tras lo cual las saludó una a una con un fraterno abrazo.
En el ofertorio, las religiosas y religiosos llevaron carteles con sus carismas, los que ubicaron bajo el altar, además de unas espigas, el pan y el vino.
El día de la vida religiosa se celebra el 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Este año se celebró anticipadamente por razones pastorales, por lo que se hizo coincidir con el final de la Semana Teológica 2023.