A los atacameños no les resulta conocido el nombre del ingeniero en minas Gustavo Lagos Cruz-Coke y, al mismo tiempo, profesor del Departamento de Ingeniería de Minas de la Universidad Católica de Santiago. Sin embargo, hace unos días, su nombre saltó a la palestra de unas declaraciones suyas escritas en el diario La Tercera sobre la fundición Hernán Videla Lira que, extrañamente, no han sido refutadas por parte de ninguno de los gremios mineros de Atacama, a pesar que -como decimos en buen chileno- “se fue en la dura” en contra de nuestra fundición, catalogándola de ser la más ineficiente del mundo y, por esta razón, debe ser cerrada, pero que los distintos gobiernos no se han atrevido a hacerlo por razones políticas.… así de sencillito su análisis.
Este profesional de la minería sostiene que Paipote “es la fundición de cobre más pequeña de Chile y al mismo tiempo una de las menos productivas del mundo”. Enseguida, sin tapujo alguno puntualiza que “todos los estudios señalan que no hay opciones viables de mejorar sus instalaciones para abatir sus emisiones y, al mismo tiempo, hacerla más rentable. De hecho, esta fundición ha sido por años la mayor fuente de pérdidas económicas para Enami”.
El tema de las pérdidas económicas históricas de la fundición es un tema sensible a nivel de los gremios mineros, porque ellos sostienen que el rol de Enami y de esta fundición es esencialmente social y, por lo tanto, las posibles pérdidas debe asumirlas el Estado. Sin embargo, el profesor Lagos explicó que “El Estado no puede darse el lujo de tener bienes productivos que sean deficitarios”. En esta materia, explicó que existen diferencias entre las pérdidas que producen, por ejemplo, la salud, la educación o las pensiones… porque estos si qué son servicios, pero no en el caso de la Fundición Hernán Videla Lira que, al menos, debiera ser capaz de absorber los costos operacionales.
El tema ambiental tampoco escapa al análisis del profesor Lagos y cita algunos eventos de emisiones sobrepasadas que ha tenido la fundición en su historia, destacando uno ocurrido en 2021, cuando se rebasó la norma de calidad primaria de anhídrido sulfuroso en casi 500%. “Una excedencia de esta magnitud, aunque sea por poco rato, puede causar serios efectos en la salud, incluso la muerte”, aseguró.
Este ingeniero hace notar que esto ocurrió cuando la fundición ya debía estar cumpliendo con el nuevo decreto de emisión número 28 que la obliga a estar llegando casi al 99,99 por ciento de captura de sus gases tóxicos.
Enseguida, también hace un alcance a los efectos que puede tener en la salud la emisión histórica y permanente de arsénico de esta fundición, enclavada en una zona urbana densamente poblada, asegurando que eleva considerablemente el riesgo de contraer cáncer pulmonar de las cerca de 200 mil personas que viven en Copiapó y Tierra Amarilla.
Y a continuación se centró en lo medular de su exposición, cuando planteó que “lo más lógico es cerrar esta fundición, haciendo notar que sus cerca de mil trabajadores deben ser compensados en forma adecuada por el Estado, y que los concentrados provenientes de la pequeña y mediana minería sean tratados por otras fundiciones en Chile o sean exportados para ser fundidos en fundiciones extranjeras”.
Algunos personeros ligados al sector minero de Atacama se preguntan si este señor tiene conciencia de sus palabras, porque si a los pequeños productores les cuesta un sacrificio económico enorme traer sus cargas desde las provincias vecinas hasta Copiapó, cuánto más significaría mandar a fundir a otros países. “Es simplemente irrisorio, una locura, algo imposible de concretar… Sería la muerte de la pequeña y mediana minería de Atacama”, sostienen los pequeños mineros.
Agregó el señor Lagos que una nueva fundición debiera ser construida y operada por una de las empresas expertas a nivel mundial en estas actividades, las que tienen fundiciones en el medio de ciudades europeas y en Asia, pero que capturan el 99,8 o 99,9% de las emisiones aéreas, y que además tienen utilidades.
Por lo tanto, precisó que la ubicación de la nueva fundición debería estar situada en la costa de Atacama o Antofagasta, lo que hace posible tener buen abastecimiento de concentrados y menores costos de transporte. Empresas mineras como Codelco, Enami y otras podrían ser parte de la propiedad de estas nuevas fundiciones, pero no debieran operarlas ya que en las últimas dos décadas prácticamente perdieron las competencias que tuvieron anteriormente para hacerlo, simplemente, no dan confianza para dejarla en manos de estas empresas deficitarias.
Equipo Tierramarillano