Una veintena de niños y adolescentes de Copiapó, Vallenar y Caldera participaron en la actividad denominada “Si yo fuera juez”, que organizó el Juzgado de Garantía de Copiapó y que buscó que los participantes conocieran de cerca el funcionamiento del tribunal y, tras incluso posicionarse en el estrado como un juez o jueza, formularan sus consultas e inquietudes a los magistrados.
En esta actividad participaron unos 20 niños y adolescentes familiares de personas privadas de libertad, que fueron recibidos por el presidente de la Corte de Apelaciones, Pablo Krumm de Almozara; el juez presidente (s) del tribunal, Paulo Muñoz Pedemonte, el magistrado Álvaro Fernández Morales, equipos de administración y funcionarios y funcionarias.
En esta intervención, que se trabajó conjuntamente con el programa “Abriendo Caminos” perteneciente a la Subsecretaría de Servicios Sociales dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y Familia y ejecutada por la Universidad de Atacama, busca acercar a niños, niñas y adolescentes que tienen algún familiar privado de libertad para crear un espacio de reflexión en torno a la presencia de la justicia en sus vidas.
En la ocasión, un equipo de Gendarmería exhibió parte del material que utiliza en su labor diaria y los asistentes también pudieron interactuar con los gendarmes y consultarles por su trabajo en el cuidado y custodia de personas privadas de libertad.
Posteriormente, conocieron dos salas de audiencias del tribunal y otras dependencias, como los calabozos, así como la sala de toma de declaración de niños, niñas y adolescentes, que está especialmente diseñada para evitar la revictimización secundaria.
“SI YO FUERA JUEZ”
A continuación, una de las adolescentes subió al estrado de la cuarta sala para desarrollar una dinámica en la cual asumía el rol de jueza y formulaba consultas al presidente Krumm y a los magistrados Muñoz y Fernández, respecto a su trabajo, a inquietudes sobre su forma de resolver, el trabajo como abogados y su vocación.
El presidente de la corte copiapina Pablo Krumm destacó esta iniciativa y aseguró que la posibilidad de acercar a los niños, niñas y adolescentes a la justicia les permitirá comprender la importancia que tiene una buena administración de justicia y que esta sea cercana a la gente.
“No puedo menos que alegrarme que se haya hecho esta actividad, que ha tenido tanta convocatoria. Hemos notado a los niños y niñas muy contentos por estar acá”, dijo.
En tanto, el magistrado Paulo Muñoz Pedemonte, aseguró que fue “muy grato tener en nuestro tribunal, en nuestra casa, a un grupo de niños, niñas y adolescentes para que conocieran en qué consiste el sistema de justicia y puedan tener una idea de qué hace el sistema de justicia, qué función cumple un juez, un fiscal, un defensor y, de esa forma, vayan adaptándose además en sus conductas, de modo que sepan también que derechos, entre los cuales está el derecho a ser oídos”.
Para Pamela Sánchez Araya, encargada nacional del programa Abriendo Caminos, esta actividad permitió que niños, niñas y adolescentes y sus familias “conozcan en un lenguaje ciudadano cómo funciona este sistema, que la justicia no es algo que está alejado, sino que la justicia y como funciona este sistema se acerca a sus vidas. (Hubo) también una escucha para poder comprender ciertas interrogantes, preguntas que tienen desde sus vidas, desde sus experiencias”.