El cansancio extremo, el sentimiento de tristeza y el agotamiento mental son síntomas propios de la astenia primaveral y la experta Jade Ortiz -sicóloga y académica de la Universidad Santo Tomás- profundiza en ellos.
Falta muy poco para que comience la primavera en nuestro país y, pese a que para algunos es la estación que marca los días coloridos y calurosos, para otros es el inicio de las jornadas largas, tristes y solitarias ¿Por qué? Por la denominada astenia primaveral.
La académica de Psicología de UST Santiago, Jade Ortiz, explica que, para hablar de la astenia primaveral, “primero hay que referirse a la astenia, que médicamente se entiende como el cansancio, el que se manifiesta en el cuerpo de forma física con agotamiento y que incluso afecta la movilidad, donde tareas como caminar a comprar para algunas personas puede ser un gran esfuerzo, así mismo puede activar enfermedades por la baja del sistema inmune en este período”.
“Mentalmente, ese cansancio se puede observar con baja significativa en la motivación, el rendimiento en las tareas cotidianas, aumento de la ansiedad en algunas personas e incluso en el aumento o detonador de síntomas depresivos. Lo central de la astenia es la desvitalización que siente la persona y que incluso la experimenta en estado de reposo y que si se prolonga en el tiempo, puede ser diagnosticado como cansancio crónico”, complementó la experta.
Ortiz también comentó que “la astenia primaveral refiere a estos síntomas cuando entramos a la temporada de primavera. Y si bien aún no hay consenso en ingresarla como una patología, sí se reconoce que puede afectar a un segmento de la población”.
Sobre las posibles causas de la astenia primaveral, la psicóloga nombró “la transición que experimenta el organismo de salir de un estado más lento propio de la hibernación más primitiva de nuestro cerebro durante el invierno, a uno más activo, propio de cuando el sol aporta con vitamina D y activa el cerebro. Nuestra energía eléctrico-química que regula los afectos, la motivación y las emociones, es altamente sensible a los cambios de luz. En la mayor parte de la población la tendencia es pasar de la desvitalización en un período de cinco días a una semana para posteriormente reactivarse, incluso con más energía que en otras épocas del año. No obstante, hay personas más sensibles que pueden desarrollar cuadros depresivos al inicio de la primavera. También sabemos que en materia de salud mental debemos estar alerta, ya que las tasas de ideación e intento suicida aumentan en esta época, así como los cuadros de ansiedad”.
Para contrarrestar este desequilibrio, hay que hacer lo siguiente según Jade Ortiz: “En primer lugar, tomarlo como parte de la vida y de los cambios biológicos del ser humano, no otorgarle grado de gravedad, ya que a veces justamente es el exceso de preocupación el que aumenta y sostiene los síntomas por más tiempo o los agudiza. En segundo lugar, lo ideal es mantener la tasa de actividades de la mejor forma posible y si es necesario darse un espacio para dormir un poco más hasta que nos adaptemos al cambio de luz. Si el caso es insomnio mantenido, se recomienda consultar a un especialista para realizar descarte de problemas más profundos, así como si los síntomas se mantienen e intensifican en el tiempo”.
La docente también recomendó “tomar sol, caminar y ejercitarse incluyendo una buena respiración para enfrentar esta etapa. Ahora, algunos médicos sugieren suplementos vitamínicos, especialmente si hay otras enfermedades de base. Para tales casos es bueno realizarse un chequeo”.