Señor Director:
En un mundo en constante cambio, las presiones sociales y digitales pueden ser abrumadoras para los jóvenes. El reciente video viral de una madre enfrentando a estudiantes que acosaban a su hija en Antofagasta nos lleva a reflexionar sobre la salud mental de las próximas generaciones en Chile.
Las cifras son alarmantes. El suicidio se ha convertido en una de las principales causas de muerte en adolescentes y jóvenes adultos en Chile, según datos oficiales. A nivel global, la OMS reporta que el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años.
El video de la madre, aunque comprensible, muestra una respuesta inapropiada. Refleja la impotencia de los padres ante el acoso, pero debemos centrarnos tanto en las víctimas como en los agresores, abordando este problema desde sus raíces.
Ciertamente nuestro sistema de salud debe estar mejor preparado para atender las necesidades de salud mental de los jóvenes. Esto implica contar con profesionales capacitados, eliminar el estigma y crear entornos seguros para hablar de las emociones. El Programa Quédate (quedate.cl) es un ejemplo innovador de política pública que merece reconocimiento. Es un paso en la dirección correcta para abordar estos problemas de manera más efectiva.
Sin embargo, es urgente incrementar el presupuesto destinado a la salud mental. El programa «Construyendo Salud Mental» del Ministerio de Salud es un avance que requiere más recursos.
Precisamente en este Mes Internacional para la Prevención del Suicidio, es imperativo unirnos para priorizar la salud mental de nuestros niños y jóvenes. La inversión en recursos, educación y conciencia es esencial para un futuro en el que cada niño, niñas y adolescente se sienta valorado, apoyado y capaz de enfrentar desafíos.
Juan Pablo Venegas
Gerente de Incidencia Pública
World Vision Chile