Juan Pablo Venegas
Gerente de Incidencia de World Vision Chile
Cada 20 de noviembre, el mundo conmemora el Día Universal de la Infancia, una fecha destinada a recordarnos la importancia de promover y proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes (NNA) en todo el mundo.
En este día no solo celebramos la alegría y la esperanza que los niños aportan a nuestras vidas, sino que también reflexionamos sobre la persistente necesidad de garantizar que cada NNA, sin importar su origen o circunstancias, tenga la oportunidad de crecer en un entorno seguro y enriquecedor.
La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por las Naciones Unidas este día en 1989, establece un marco sólido que reconoce los derechos fundamentales de todos los niños. Este tratado, ratificado por la gran mayoría de los países del mundo -incluido Chile- establece que cada NNA tiene el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a jugar, a su identidad personal, a participar en las decisiones que les conciernen, a ser protegido contra la explotación y el abuso y a muchos más derechos. Sin embargo, a pesar de estos compromisos, la realidad de muchos sigue siendo una lucha diaria por la supervivencia y la dignidad.
El Día Universal de la Infancia no debería ser simplemente una fecha en el calendario, sino un recordatorio constante de que velar por los derechos de los niños debe ser una prioridad inquebrantable. En un mundo marcado por desafíos globales, como la pobreza, los conflictos armados, la discriminación y las crisis sanitarias, es fundamental que renovemos nuestro compromiso de crear un entorno propicio para el desarrollo integral de cada niño.
La protección contra la violencia y la explotación debe estar en el centro de nuestros esfuerzos. Los niños no deben ser víctimas de violencia y abusos, ya sea en el hogar, en la escuela o en situaciones de conflicto. Es imperativo que las familias, comunidades, el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil trabajen juntos para crear entornos seguros donde los niños puedan crecer sin temor y desarrollar todo su potencial.
La educación es otro derecho fundamental que sigue siendo inaccesible para muchos NNA en diversas partes del país. En el Día Universal de la Infancia, debemos abogar por un acceso equitativo y de calidad a la educación, reconociendo que es la llave maestra que desbloquea un futuro más brillante y lleno de oportunidades.
En este Día Universal de la Infancia, es imperioso reflexionar sobre cómo podemos contribuir a la protección y promoción de los derechos de los niños en nuestras comunidades y a nivel global. La responsabilidad recae en cada uno de nosotros. Ya sea a través de la promoción de políticas inclusivas, el apoyo a organizaciones que trabajan en pro de la infancia o simplemente siendo mentores positivos en la vida de un niño o niña, todos podemos marcar la diferencia.
Esta fecha es un recordatorio de que los derechos de los niños no son negociables y que debemos esforzarnos constantemente para construir un mundo donde cada niño, niña y adolescente pueda crecer con amor, seguridad y la promesa de un futuro lleno de oportunidades. No es solo un día de celebración, sino un llamado a la acción perdurable en nombre de los más vulnerables entre nosotros: nuestros niños y niñas.
