Patricio Galdames, docente investigador
Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño (FIAD)
Universidad San Sebastián
Uno de los retos más apremiantes que enfrenta Chile es el aumento significativo de los ciberataques. Se estima que en el último año se han registrado más de 4.000 millones, lo que representa un incremento del 138% en comparación con el año anterior. Además, según el Cyber Security Index (NCSI), nuestro país cayó 10 puestos este 2023 en relación con el mismo el índice de 2022.
Cifras que son solo la punta del iceberg si consideramos que muchas empresas no reportan o denuncian estas transgresiones a su seguridad en el ciberespacio. Así, tanto el Estado como las empresas y personas individuales en Chile se encuentran en una posición vulnerable. Cada vez son más recurrentes los ataques de Ransomware (secuestro de datos) dirigidos a pequeñas y medianas empresas (PyMES), las cuales suelen ser un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes, debido a las básicas medidas de seguridad informática que muchas poseen.
Bajo este escenario, la falta de capacitación en ciberseguridad especialmente en regiones es evidente y la educación en esta materia, juega un rol clave y es la piedra angular para fomentar procesos seguros de transformación digital. La implementación de regulaciones y requisitos de cumplimiento, tales como la ISO 27001 o NIST en ciberseguridad, es esencial para fomentar una cultura de segura en el sector.
Por otro lado, es alentador presenciar que las instituciones de educación superior estén incorporando carreras de pregrado y postgrado en ciberseguridad, sin embargo, es evidente que se necesita un mayor número de expertos en este campo. En particular, desde la Universidad San Sebastián estamos colaborando en la tarea de dar respuesta a esta problemática, por ejemplo, a través de nuestras carreras de Ingeniería Civil Informática e Ingeniería en Ciberseguridad y Auditoría Informática.
En la misma línea, la Investigación Avanzada en Ciberseguridad (IAC) es fundamental para estar a la vanguardia y que Chile sea reconocido por tener una industria basada en la ciencia y la tecnología. Para ello se requieren más investigadores que realicen experimentos, desarrollen pruebas de concepto, prototipos y que también cuenten con los estándares adecuados, regulaciones y procedimientos de seguridad de la información.
En conclusión, hemos avanzado significativamente en materia de ciberseguridad, pero los desafíos continúan creciendo y los escenarios seguirán siendo cambiantes. El aumento de los ciberataques, la evolución de las amenazas y la necesidad de talento y conocimiento de las últimas tecnologías son cuestiones cruciales. Asimismo, la colaboración entre los diferentes actores público-privado es esencial para garantizar un futuro digital seguro en Chile.
