Sabrina Devia Astorga
Académica de la Facultad de Educación, U.Central
Se cierra un año académico y pronto comienzan las planificaciones curriculares para el próximo año, vienen oportunidades de cambio para la innovación educativa. La adopción de la inteligencia artificial(IA) en educación enfrentará las mismas barreras de acceso que inicialmente enfrentaron las tecnologías como recursos para el aprendizaje, algunas serán intrínsecas basadas en la resistencia y en las creencias de quienes conforman la comunidad educativa; como así también, surgirán barreras extrínsecas en el marco de las definiciones organizacionales de los establecimientos, las que podrían rechazar su uso y no considerar los recursos que promuevan habilidades para lidiar con IA.
De estas barreras dependerá el acceso de los estudiantes a las tecnologías avanzadas, los profesionales de la educación especialistas en el uso de tecnologías, estamos coordinados en acercar a los estudiantes a este tipo de recursos, a través de estrategias que les permitan desarrollar habilidades para evaluar información, pensamiento crítico, razonamiento lógico y resolución de problemas en ambientes digitales, de manera tal que la relación con la IA se transforme en una oportunidad.
Sin embargo, hemos evidenciado las barreras que surgen por factores ajenos a nuestro interés y al de los estudiantes, por ejemplo, docentes rechazando e invalidando explícitamente el uso de la IA para elaboración de trabajos. No es necesario esperar a vivir una nueva pandemia para tomar el peso del uso de la tecnología, pues también sabemos la demanda y sobrecarga que implicó para el sistema educativo.
Aquí la clave es comprender que la IA es un recurso transformador del aprendizaje, para esto último, los estudiantes deben ser hábiles en la toma de decisiones, que les permita generar un “prompt” específico en base a las necesidades. De este modo, ChatGPT u otros, están al servicio de la educación, no llega a reemplazar al profesor (como también se pensó con la llegada del computador), llega a ampliar las posibilidades de experiencias de aprendizaje para trabajos o incluso, para las didácticas implementadas en clases por los docentes.
Aquellos que comprendan la oportunidad que representa, sabrán adecuar sus espacios educativos para que los estudiantes accedan a tecnologías avanzadas, frente a esto, solo algunos tendrán la suficiente preparación para considerarla en sus futuros espacios laborales. Para que esto no quede a disposición de las creencias, es importante instalar políticas educativas que permitan acceder e integrarla, como medida de prevención frente al aumento de la brecha digital, lo que supone una IA en beneficio de algunos y desmedro de otros.