- El también conocido como black carbon, es un hollín generado por distintas fuentes, tales como incendios forestales y vehículos diésel, entre otras, que puede ser transportado por el viento a largas distancias, generando en las personas problemas de salud graves que van desde enfermedades respiratorias, cardiovasculares o empeorando condiciones preexistentes como asma o bronquitis.
- A pesar de su impacto negativo tanto en la vida humana como en el medio ambiente, actualmente en Chile no hay ninguna norma que regule su emisión. “De acuerdo a mi experiencia, creo que debería incluirse al menos un analizador por cada red pública o privada, sobre todo en las áreas críticas en las que hay generación de estos compuestos, que son perjudiciales para la salud y que actualmente no se miden de forma consistente”, reflexiona Carlos Saul, Gerente General de AyT (Ambiente y Tecnología), empresa chilena líder en el mercado de la instrumentación ambiental en nuestro país.
El carbono negro es uno de los generadores de contaminación del aire que, a lo largo de los años, ha ido ganando atención significativa, a raíz de sus efectos adversos no solo en el medio ambiente sino también en la salud humana. Se trata de un material particulado, generado por la combustión incompleta de materiales orgánicos, carbón y combustibles fósiles, que, de acuerdo a evidencia científica, representa una serie de riesgos para las personas.
Entre las fuentes principales que dan origen al carbón negro están el hollín generado por incendios forestales, combustión de vehículos diésel, industria del carbón y la quema de residuos. Estas actividades liberan partículas finas de carbono negro en la atmósfera, que incluso pueden ser transportadas por el viento a largas distancias.
Este hollín puede generar una serie de repercusiones graves en el ser humano, siendo las principales: problemas respiratorios, agravamientos de enfermedades preexistentes como el asma, bronquitis, aumento de riesgo de infecciones pulmonares.
Además, de los impactos en el sistema respiratorio, hay estudios recientes que sugieren que la exposición a largo plazo al carbón negro puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, contribuyendo a un aumento en la incidencia de enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares.
Se sabe también que los grupos de riesgo son principalmente niños, adultos mayores y personas con condiciones de salud preexistentes.
La gran pregunta es ¿existe en Chile alguna normativa que requiera medir y por ende, regular la generación de carbón negro? La respuesta es no.
“Creo que se hace urgente complementar las normativas existentes con aquella relacionada con la medición de carbono negro. De acuerdo a mi experiencia, creo que debería incluirse al menos un analizador o monitor por cada red pública o privada, sobre todo en las áreas críticas en las que hay generación de estos compuestos, que son perjudiciales para la salud y que actualmente no se miden de forma consistente”, reflexiona Carlos Saul, Gerente General de AyT (Ambiente y Tecnología), empresa chilena líder en el mercado de la instrumentación ambiental en nuestro país.
“De hecho, hoy hay una tendencia importante en todas las áreas del conocimiento tendiente a poder determinar y cuantificar estas concentraciones de carbono negro en las diferentes áreas geográficas, especialmente las zonas residenciales que se encuentran al costado de carreteras en nuestro país”, enfatiza Carlos.
En ese sentido, AyT ha sido también pionera y visionaria respecto al impacto del Black Carbon tanto en la salud humana como en el medio ambiente, aportando equipamiento para estudios relacionados con la medición de este compuesto.
Entre estas investigaciones está la desarrollada por la Universidad Técnica Federico Santa María, a través del estudio del Dr. Franciso Cereceda con su grupo, quienes están utilizando un monitor de Carbón Negro Aerosol Magee Scientific de AyT para poder medir el hollín que se genera principalmente por la combustión de los motores Diesel y que afecta áreas como los glaciares.
“En un estudio reciente realizado por el grupo liderado por el Dr. Cereceda, utilizando estos monitores de Carbono Negro que provee nuestra empresa, determinaron que un porcentaje muy importante de la pérdida de los glaciares en la zona central, se debe a la deposición sobre ellos de estas partículas. Por otro lado, es relevante mencionar que este grupo también tiene como proyecto ir a medir con nuestro equipamiento el Carbono Negro que está afectando a la Antártica”, explica Carlos.
“También es importante recalcar que otro foco de generación de carbono negro son los incendios forestales, lamentablemente tan usuales en épocas de altas temperatura, así como también, la calefacción a leña, por lo que se hace urgente regular este contaminante en nuestro país”, finaliza.