Señor Director:
¿Cuál fue el sentido del sacrificio de los patriotas por la Independencia de Chile? ¿Cuál fue el sentido de tanta entrega y sacrificio de hombres y mujeres en la Guerra del Pacífico? ¿Cuál ha sido el sentido de todos aquellos que forjaron nuestra nación? Todo ha sido en vano, comprendiendo la situación actual y venidera del país. Pues Chile ha sido invadido, socavando para siempre nuestra entidad orgánica –y todo lo que ello es y representa–. Se ignoró la magnífica visión del Doctor Nicolás Palacios sobre nuestro origen gótico-araucano –la raza chilena–, propiciando y permitiendo la invasión de poblaciones subsaharianas que son opuestas a nuestra idiosincrasia y que jamás podrán ser parte de nuestra historia. Obsérvese la asquerosidad denominada “Plaza de Armas” –una auténtica “casa de huifas” y epicentro del narcotráfico– o la una vez idílica Alameda, devenida en “Alameda de las Inmundicias”. La situación, en realidad, abarca todo el casco histórico y más allá. Hiede. Y los chilenos son, paradójicamente, los “extranjeros” en nuestra propia ciudad. Este es el destino que el triunvirato maldito de Michelle Bachelet, Sebastián Piñera y Gabriel Boric han fijado sobre Chile: La destrucción de nuestra nación y sus habitantes por medio de la inmigración –invasión– y el paulatino e irrefrenable reemplazo poblacional.
Es la traición a nuestra sangre. A nuestra historia. A nuestro destino.
Todo lo construido por nuestros ancestros ha sido destruido. La historia, tradición y herencia de nuestra nación termina ahora:Chile se acabó.
El “nuevo Chile” es el resultado del siniestro Opus de la Agentur y sus lacayos locales.
Rafael Videla Eissmann