Los avances de la inserción laboral de la Mujer en la Minería e Industria

La inserción de las mujeres en la Industria y la Minería ha sido un proceso gradual y complejo que ha evolucionado a lo largo de los siglos. Aunque las mujeres han desempeñado roles importante en la sociedad, en la producción y en el trabajo desde tiempos remotos, su participación en la industria y la minería ha experimentado cambios significativos a lo largo del tiempo.  Algunos hitos históricos que fueron de trascendencia para las mujeres en esta materia sucedieron con  la Revolución Industrial,  en los siglos XVIII y XIX, donde se vio un fuerte aumento de la mano de obra en fábricas y minas,  en el siglo XX con las Guerras Mundiales la fuerza laboral femenina aumenta considerablemente dado que los hombres fueron llamados a la guerra, cambiando considerablemente la percepción de las mujeres en la industria.  Por su parte en Chile, el aumento de mujeres en la industria igualmente se genera a finales del siglo XIX, dando paso a la mujer obrera, ya en 1907, las mujeres constituían casi un tercio de la población económicamente activa, sin embargo, las condiciones laborales eran precarias y los movimientos feministas y luchas  por mejoras en los derechos laborales comenzaron a  hacerse presente con la finalidad de lograr equidad y protección.

La Minería y la Industria tienen un papel relevante para la economía de la Región de Atacama, constituyendo un tercio del producto interno regional, y si bien es cierto sigue siendo un sector predominantemente masculino, las mujeres en la actualidad han ido incorporándose cada vez más, lo cual representa una tremenda oportunidad para tener empleos de calidad, generar buenos ingresos y ejercer autonomía económica procurando una mayor igualdad.

De acuerdo al Departamento de Estudios de CORPROA, conforme al estudio denominado “Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena 2021-2030” realizado en conjunto por el Consejo de Competencias Mineras y el Programa Eleva, se destaca que la contratación femenina ha aumentado considerablemente, durante el 2022.  Así, 1 de cada 3 contrataciones realizadas por las compañías mineras fue una mujer, duplicándose el indicador global subiendo de un 11, 4% a un 20,9 entre el 2018 y 2020, el ascenso ocurre tanto en la industria en general como en la cadena de valor principal.

También es importante destacar que la presencia de mujeres en roles de liderazgo ha aumentado sosteniblemente, así pasamos de tener en el año 2020 un 17% de directoras/gerentas a un 20% en el 2022, en los cargos de subgerentas/superintendentas el aumento pasa de un 13% a un 19%, en jefaturas, de un 16% a un 23% y supervisoras, de un 10% a un 14%, con lo que en el 2022 se constató que un 17% de los cargos son ejercidos por mujeres, por lo que desde el 2020 se aumenta en 7 puntos porcentuales.  A medida que las empresas, el sector público y la sociedad en general, vayan generando los cambios necesarios, se espera que más mujeres ocupen posiciones claves en el mundo laboral.

En cuanto a la comparación internacional con los principales países productores en minería, nos encontramos con que contamos en Chile con un 15% de mujeres en minería, Perú se sitúa en un 6%, Estados Unidos un 15%, Sudafrica 16%, Australia 18% y Canadá lidera con un 19%.

La mayor inserción de la mujer a la Industria y la Minería es sin duda es un desafío para el sector, e implica un cambio cultural, ya que se deben implementar  políticas de inclusión y de equidad de género que permitan potenciar la inclusión femenina.  En ese sentido, el estudio constata que el 91% de las empresas consultadas señalan tener políticas destinadas a potenciar la participación de mujeres y un 52% ya posee metas explícitas para los próximos 5 años.   Sin embargo, el desafío es aún mayor, dado que,  no solo se deben realizar acciones para la incorporación de la mujer a este rubro, sino también aquellas que digan relación con la retención de la fuerza laboral femenina.  Igualmente el desafío no es solo es atribuible  al sector privado,  ya que el sector público debe trabajar en políticas públicas concretas para que estas condiciones se den, procurando instalar cambios en materia de educación, incluso desde la primera infancia y políticas en materia de equidad que permitan compatibilizar la vida laboral con la familiar.  No por ellos son menos importantes los cambios sociales y culturales, en cuanto a la corresponsabilidad  en las tareas del hogar y cuidado de la familia.  Estas materias son las que dificultan lograr la equidad en el rubro, porque generan consecuencias como la falta de expertis técnica y poder lograr los años de experiencia laboral exigidos.  Sin duda,  nos queda una gran tarea por delante y  mucho que avanzar.

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