Yusef Hadi Manríquez
Director de Carrera Publicidad
Universidad Andrés Bello
Siguen pasando los días y la polémica está instalada. Kate Middleton, princesa de Gales y miembro de la familia real británica ha confesado haber retocado digitalmente una fotografía junto a sus hijos, la que tomó gran notoriedad luego de ser publicada por el palacio de Kensington con el objeto de ser una postal familiar, ejemplo de alegría para el mundo entero.
Fue tan negativa la reacción de los medios de prensa y el siguiente escándalo para la realeza británica, que la foto comenzó a ser retirada por diversas agencias de noticias al confirmarse su manipulación.
Y esto, solo suma a una larga lista de polémicas recientes de la familia real, la que ha estado bajo la lupa pública, porque tanto Kate como el rey Carlos III no pueden desempeñar sus funciones públicas habituales debido a problemas de salud.
Es por todo esto, que uno inmediatamente se pregunta si cada acción o paso que da en forma pública la realeza es, con sumo cuidado, revisada por sus rigurosos asesores.
Y es por ello que hoy nos preguntamos, si un simple retoque digital en una fotografía, algo que, por cierto, no está solo al alcance de la realeza, sino más bien se ha masificado en la mayoría de los computadores e incluso smartphones que poseen las personas, para su uso particular, es hoy una razón para tener tanto cuidado, en una sociedad cada vez más informada y crítica.
Y la respuesta es sí. Hoy más que nunca. La práctica fotográfica se ha convertido en un accionar tan habitual como responder un mensaje de WhatsApp o enviar un correo. Tomar fotografías está ya instalado en nuestras acciones habituales.
Reuniones sociales, viajes, actividades deportivas, momentos familiares. Pero también denuncias ciudadanas y otros. Hoy por hoy, una fotografía tiene el poder de mostrar no solo una acción en sí misma o el recuerdo de una postal, sino de entregar información de una acción que transmite verdad.
+Una verdad que en los distintos medios y canales de comunicación es cada vez más complejo poder garantizar. Y es acá donde aparecen valores que deberían estar presentes en la acción de no solo tomar una fotografía, sino luego publicarse en un canal de difusión masiva. Valores como ética, integridad y moral.
+Desde la publicidad, hemos visto diversos ejemplos y discutido muchas veces si un sándwich puede ser retocado para hacerlo más atractivo. En el mundo de la moda y el maquillaje ha sido aún más el largo debate sobre mostrar patrones de belleza, que, en la mayoría de los casos, son también alejados a la realidad. Y el concepto “Fake news” o noticias falsas provoca confusión, y como resultado de ello, temor en las personas.
Es por esto que lo ocurrido con la princesa de Gales no es un tema menor. Hoy este tema toma nuevamente relevancia, cuando Kate Middleton ha tenido que explicar al mundo entero que ella misma había editado una inocente foto familiar, con las consiguientes disculpas por la confusión y el escándalo generado.
Resulta relevante que desde la academia reflexionemos sobre ello, discutamos entre pares, y entreguemos más herramientas a las y los estudiantes y próximos profesionales, entendiendo que los conceptos básicos de un curso de fotografía general no entregan necesariamente el poder informativo, ni el impacto social que una foto puede poseer. Más aún cuando ésta, se ha retocado digitalmente. Y bien lo saben hoy en la realeza británica.