PRODUCTOS MILAGRO

Kurt Iturrieta Guaita

Director Regional

SERNAC Atacama

Como SERNAC hemos oficiado a tres empresas que venden “productos milagro”, con el objetivo que comprueben sus afirmaciones publicitarias, pues en sus mensajes publicitarios les atribuyen propiedades terapéuticas de sanar, aliviar y disminuir enfermedades.

Se trata de los productos Moringa Ancestral, Escozul y Audiocalm, por lo que los proveedores deberán enviar la información que acredite la comprobabilidad de estos mensajes publicitarios.

Una vez terminada la investigación, y en caso de detectar incumplimientos a la Ley del Consumidor (LPC), el Servicio tomará las acciones que estime oportunas para ir en defensa de los derechos de los consumidores, no descartando acciones legales.

En caso de publicidad engañosa, la norma establece que las empresas arriesgan multas de hasta 1.500 UTM, esto es, más de $97 millones de pesos. En caso de que implique daños a la salud, la sanción aumenta a 2.250 UTM, es decir, más de 145 millones de pesos.

Se denominan “productos milagro” a aquellos que, por medio de la publicidad, se atribuyen cualidades o beneficios extraordinarios, en este caso, respecto a la prevención y cura de enfermedades o un efecto estético, pero su información de respaldo, en general, es insuficiente para comprobar tales beneficios.

Este tipo de productos se promocionan con una pretendida finalidad sanitaria, o útiles para la prevención o tratamiento de enfermedades que, en muchos casos, se aprovecha de deseos y necesidades de las personas consumidoras que los ubican en una situación de vulnerabilidad, dado que, en ocasiones se relacionan con la aceptación social y su autoestima.

De hecho, la publicidad de este tipo de productos se caracteriza por una estrategia comercial agresiva, donde les atribuyen propiedades que eventualmente no poseen o exagerando las que posean.

Asimismo, los productos se publicitan habitualmente a través de supuestos especialistas, personajes famosos y testimonios, de modo de dar más credibilidad al mensaje.

También es común que citen fuentes científicas como laboratorios, organismos certificadores y estudios para sostener sus promesas y muestran imágenes que evidencian un antes y un después en el consumo de dichos productos.

En este sentido, nuestra recomendación a las personas consumidoras es a evaluar críticamente la publicidad y no se dejen llevar por promesas que parecen “demasiado buenas para ser verdad”, y se asesoren por un especialista si necesitan conseguir resultados que tengan relación con su salud.

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