Michael Silva
Académico Facultad de Ingeniería, U.Central
En un mundo donde la sostenibilidad y la eficiencia energética se han convertido en prioridades, los sistemas de energía solar ofrecen una solución efectiva tanto para hogares como para empresas. Estos sistemas permiten una mayor independencia energética y también ayudan a reducir los costos de electricidad.
En el mercado chileno existen básicamente dos tipos sistemas, los ‘on grid’ (conectados a la red) y off grid (desconectados de la red), los cuales presentan diferentes características y ventajas.
En primer lugar, tenemos los ‘on grid’, que son sistemas que están conectados a la red eléctrica pública, permitiendo que la energía generada se consuma en tiempo real en el hogar o la empresa. El excedente de energía no utilizada se inyecta a la red, proporcionando beneficios adicionales al vender el excedente. Este tipo de sistema es ideal para aquellos que buscan reducir sus costos eléctricos y aprovechar los incentivos económicos de la normativa actual, como el «NetMetering» o «NetBilling». No requiere batería, sólo paneles, la conexión a la red y tablero respectivo.
Por otra parte, están los sistemas ‘off grid’ que son autónomos y no dependen de la red eléctrica. Estos sistemas almacenan la energía generada en baterías para su uso cuando no hay producción solar, como durante la noche o en días nublados. Son ideales para áreas remotas sin acceso a la red eléctrica o para quienes buscan total independencia energética.
En Chile, la ley de Netbilling (Ley 20.571) permite a los usuarios generar su propia electricidad mediante fuentes renovables y vender el excedente a la red. Esta legislación fomenta la instalación de sistemas de generación distribuida, como los paneles solares fotovoltaicos y establece un marco para la compensación económica por la energía excedente inyectada.
Teniendo en consideración lo anterior y el aumento en las cuentas de electricidad, es recomendable analizar los costos que conlleva la instalación de paneles solares y el tiempo en que se puede recuperar la ‘inversión’. Es un beneficio a la economía, al planeta y a comenzar a construir sociedades sostenibles y energéticamente responsables.