La auscultación de un soplo se ha transformado en la primera causa de derivación a las consultas de cardiología pediátrica en Chile. Si bien la mayoría de éstos son benignos, su relevancia radica en que son un elemento de diagnóstico central en la sospecha de cardiopatías congénitas, pudiendo ser en ocasiones su única manifestación.
En agosto se conmemora a nivel mundial el “Mes del Corazón”, una fecha que busca concientizar a la sociedad acerca de lo importante de prevenir, diagnosticar y tratar el conjunto de enfermedades cardiovasculares, entre ellas, los defectos cardíacos congénitos de los niños, que pueden ser detectados a través de los soplos. La auscultación de un soplo es un hallazgo bastante frecuente en las consultas pediátricas y se estima que cerca del 80% de los niños lo presentará en alguna etapa de su vida. Si bien se estima que el 60% de estos signos son de carácter benigno, anualmente más de 2 mil niños en Chile presentan algún defecto congénito a nivel cardiaco.
Según explicó la doctora Sandra Bentjerodt, cardióloga infantil de Clínica MEDS, “uno de cada 100 recién nacidos presenta algún tipo de cardiopatía mayor o menor y el soplo puede ser un signo de esta cardiopatía, que se puede auscultar cuando el niño nace o, incluso, más adelante en su vida”.
La especialista agregó que “cuando uno escucha el corazón de un niño va a sentir los latidos, pero a veces se detecta un ruido adicional que es como un silbido y a eso se le llama soplo. En el fondo, es el ruido que hace la sangre al atravesar el corazón. El hallazgo es a través del examen físico, poniendo el estetoscopio sobre el pecho del corazón en distintos puntos”.
Pese a que las causas de un soplo cardiaco pediátrico pueden ser diversas y variar según la edad, el principal desafío es determinar si este es de carácter patológico o no. La pediatra de Clínica MEDS aseguró que “no todos los soplos son un problema cardiaco. De hecho, la mayoría de los niños pueden presentar algún soplo alguna vez en su vida y esos pueden ser inocentes. Es el ruido que hace la sangre al pasar por el corazón y no necesariamente es algo anormal. Muchas veces es un elemento normal del examen físico y ahí está la misión del cardiólogo pediatra de buscar la diferencia entre si es inocente o benigno en un niño sano o es un soplo que constituye elementos de una cardiopatía congénita”.
En este sentido, la doctora Bentjerodt afirmó que muchas veces los soplos se presentan en corazones sanos y no constituyen un peligro. “Si es un soplo inocente no hay ningún tratamiento, porque es algo benigno que no constituye ningún riesgo. Los niños no tienen que cambiar sus hábitos y pueden hacer su vida habitual, como hacer deporte y comer normal. Si el problema es mínimo, se podría esperar a que el menor crezca y que se desarrolle, y es muy probable que mejore espontáneamente”, indicó.
La cardióloga infantil agregó que “si el soplo es la manifestación de una cardiopatía, en general, se va a tener que estudiar con exámenes físicos para aclararlo y conocer los antecedentes de la historia del niño. También, se van a requerir exámenes, como una radiografía de tórax, un electrocardiograma y también un ecocardiograma, que sirve para buscar en el corazón algún defecto en las válvulas que se haya generado en la formación del corazón del menor”.
Respecto de los tratamientos que se emplean en el caso que el soplo corresponda a una cardiopatía congénita, la profesional de Clínica MEDS sostuvo que “en algunos casos se tendrán que usar fármacos que sean un apoyo para que el corazón trabaje mejor y, en los casos más graves, se puede requerir algún tipo de cirugía para corregir la cardiopatía congénita. Si no se pesquisa a tiempo, estas cardiopatías pueden traer problemas en el desarrollo, en el crecimiento, dificultades respiratorias, e incluso, en algunos casos puede haber riesgos de muerte súbita y otros más graves”.