Investigación señala que la asistencia a sala cuna podría mejorar la salud mental infantil  

Los resultados preliminares del estudio Fondecyt liderado por el psicólogo y director del Doctorado en Psicología y Salud Mental USS, Rodrigo Cárcamo, muestran, además, que inscribir a los infantes en este nivel educativo también disminuye el estrés parental.

¿Cómo influye en un niño la asistencia o no a establecimientos de educación inicial? Es una de las interrogantes que quiso responder el psicólogo y director del Doctorado en Psicología y Salud Mental de la Universidad San Sebastián (USS), Rodrigo Cárcamo, con su reciente investigación titulada “El apego infantil con madres y padres y su relación con el bienestar, salud mental y el comportamiento prosocial en una muestra chilena”.

El estudio contó con una muestra de 70 familias y comparó a aquellos que asisten al jardín infantil con los que no. En palabras del psicólogo USS, los resultados preliminares mostraron que “los que asisten tienden a tener mejores niveles de salud mental. Lo que complementado con estudios previos hechos con muestras más amplias arrojan que el factor que más predice problemas de salud mental en los niños es el estrés parental, el cual disminuye en los casos que los infantes sí asistan a este tipo de establecimientos”.

En palabras del académico, lo anterior se explica en base a que una sala cuna o un jardín infantil “genera mayores oportunidades de inserción laboral de los padres, además de que el tiempo de interacciones con los niños tienden a ser de mejor calidad, debido a un menor nivel de estrés parental”.

La investigación además buscó determinar si los niños y niñas son capaces de desarrollar vínculos de apego seguro con ambos padres, además de definir si esta red temprana de apego tiene mayores beneficios cuando se desarrolla con ambas figuras de crianza.

Lo anterior considerando cambios culturales ocurridos en las últimas décadas, en donde la figura del padre también representa un vínculo seguro con los hijos en su etapa inicial de desarrollo.

Para esto, el análisis utilizó el procedimiento denominado “situación extraña”, la cual es considerada la técnica estándar en la medición de esta variable. Dicho proceso consiste en una serie de separaciones y reuniones en una sala de visión unidireccional, desde donde se observa la reacción de los niños al regreso del padre o la madre luego de un breve lapso de separación.

Con este mecanismo se espera que, en aquellos infantes con apego seguro, el estrés que genera la separación sea regulado por el encuentro y proximidad de su mamá o papá a través del contacto físico.

Los resultados preliminares de estas últimas variables analizadas muestran que los infantes son capaces de desarrollar apego seguro con la madre y/o padre de manera independiente, sin embargo, esto no influye en el desarrollo de su conducta prosocial, como sí lo hace asistir a jardín infantil según la muestra estudiada.

 

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