Un aparente quiebre político se registró en la Asociación Regional de Municipalidades de Atacama (ARMA), tras el proceso eleccionario vivido hace un par de días en el salón Felipe Villar de Copiapó, donde cuatro de los nueve alcaldes participantes en la votación que definiría a la directiva que liderará esta entidad por los próximos dos años, se restaron de la votación que terminó con el alcalde de Chañaral, Raúl Salas Aguilera, reelecto por un nuevo periodo.
Los alcaldes que decidieron dar un paso al costado son Cristian Tapia (Vallenar), Rodrigo Loyola (Huasco), César Orellana (Freirina) e Isaías Zavala (Diego de Almagro).
“Ellos (la directiva reelecta) traían todo arreglado para continuar los mismos que han dirigido el ARMA en estos dos años, lo que no es democrático, porque no hubo discusión ni entrega del mando, como debe ocurrir”, denunció el alcalde de Vallenar, Cristian Tapia, agregando que “aquí le pasaron la aplanadora a la provincia del Huasco”. Para graficar el sentido de sus palabras, añadió que “el Gobierno Regional se ha portado muy bien con Copiapó, Tierra Amarilla, Chañaral y Caldera, y ahí está la demostración que la Asociación está privilegiando los intereses personales y no está luchando por las nueve comunas”.
Esta versión se contrapone con el comunicado oficial emitido por el ARMA ( ARMA ELIGIÓ DIRECTORIO PARA EL PERIODO 2019-2021) donde señala que “con la participación de los nueve alcaldes y alcaldesas de la región se llevó a efecto el proceso eleccionario para el periodo 2019-2021”, aunque sin mencionar ni hacer alusión en ninguna parte al quiebre que se produjo con la “auto-bajada” que hicieron estos cuatro ediles atacameños.
En respuesta a esta situación, el presidente reelecto, Raúl Salas, señaló a un diario regional que “aquí no se puede hablar de quiebre, como no hubo consenso se aplicó la democracia… y habrá que dejar pasar unos días…” ¿para qué?… no se sabe.