Por Yerko Ravlic Elal, consejero regional por la Provincia de Copiapó
Siempre es bueno destacar a nuestra región, y en particular lo que su historia y futuro nos puede decir. Por eso quiero hablar un poco de Caldera, ciudad que ha sido una especial puerta para viajar al pasado y para ver el futuro. Ya en el siglo XIX, en la primera década de existencia oficial del puerto, la ciudad vio cómo nuevas ideas se introdujeron abriendo en Chile a la innovación. El ejemplo del tren es el más claro. El primer puerto ferroviario de Chile, inició una forma de desarrollo desconocida para las dirigencias de Santiago, que seguían pegadas en un comercio conservador y la agricultura de estilo español. En Atacama en cambio, gracias a Caldera se introdujo la tecnología a vapor y se cambió la forma de trabajar y producir.
El cambio de formas se dio gracias a la conexión del primer tren que fue desde Caldera hasta la Estación de Monte Amargo. Los primeros barrios de obreros ferroviarios, abrieron una nueva clase social, y la lucha por vivir mejor. A los años de ese hito, Caldera vio cómo un visionario Pedro León Gallo se enfrentó al poder central y para ello no se fue con pequeñeces. Abrió un combate directo, y lejos de ser un conservador tradicionalista, se abrió a las nuevas tecnologías para poder dar pelea. Incluso evaluó la construcción de un submarino para rebelarse contra el centralismo, haciendo algo similar a lo que muchos demandamos el día de hoy: repartir las riquezas de manera más justa con las regiones.
Una comuna en la que, si se trabaja bien desde el Estado, se puede estar perfectamente a un par de paso de alcanzar un desarrollo turístico integral. Para ello es necesario corregir problemas que tiene hoy la ciudad con esa actividad productiva, como lo son la sobrecarga de la ciudad en verano, o la ausencia de un puerto de desembarque para cruceros.
Así como en el siglo XIX no se fueron a medias integrando nuevas tecnologías y procesos, debemos hacer que hoy Caldera se transforme en punta de lanza de los desarrollos de algunos ámbitos, entre ellos la investigación científica. Y esto no es sólo por el conocimiento en sí mismo, sino también la diversificación productiva asociada y respuestas al principal problema que nos afecta: el del cambio climático.
Este último punto es muy relevante, debemos conocer de mejor manera el comportamiento del océano y sus especies en medio del cambio climático. Podría sonar como un problema lejano, pero ya son muchas familias que viven de extraer productos del mar, las que se ven afectadas por la modificación del ecosistema. Es necesario conocer qué ocurre exactamente y para ello la alianza debe ser con la ciencia, para ayudar a resolver los problemas de la gente.
Son muchos desafíos, pero sabemos que Caldera ha estado antes en el trabajo de innovar y marcar pauta. Hay que retomar ese impulso y resolver los problemas que aquejan a la comunidad, para ello se deben transferir competencias al Gobierno Regional y poder lograr que las regiones tengamos las herramientas para enfrentar nuestros problemas tomando nuestras propias decisiones.