Por: Pablo Sánchez Trullenque, Gerente General de Logros Servicios Financieros, organización originaria de Talca que, durante más de 3 décadas ha jugado un rol fundamental en el crecimiento de más de 25 mil Pymes a lo largo de todo el país.
Durante estos más de 30 años apoyando a distintas empresas, puedo decir fuerte y claro que el acceso a productos financieros especializados no sólo soluciona problemas inmediatos de liquidez, sino que también permite a las Pymes chilenas invertir en crecimiento, innovación y sostenibilidad. Esto las posiciona para enfrentar los desafíos del futuro, aprovechar nuevas oportunidades y fortalecer su papel en la economía nacional. En un contexto donde la economía es cada vez más competitiva y globalizada, estos productos financieros se convierten en una herramienta esencial para garantizar el éxito a mediano y largo plazo de las Pymes en Chile.
En mi experiencia trabajando con pequeñas y medianas empresas (Pymes), he visto cómo el acceso a productos financieros adecuados puede marcar la diferencia entre el estancamiento y el crecimiento sostenido. Las Pymes enfrentan desafíos únicos, y contar con herramientas de financiamiento diseñadas a la medida de sus necesidades no solo las ayuda a sortear problemas inmediatos, sino también a planificar un futuro más sólido.
Por ejemplo, las líneas de crédito especializadas y los créditos a corto plazo son un salvavidas para cubrir necesidades urgentes de capital, como pagar sueldos, proveedores o reponer inventarios. He sido testigo de cómo productos como el factoring, que permite adelantar los flujos de caja, han garantizado la continuidad operativa de muchas empresas al evitar interrupciones por falta de liquidez.
También hay que destacar las oportunidades que ofrece el financiamiento en innovación y tecnología. Muchos empresarios me han comentado cómo los créditos para activos fijos o fondos para transformación digital han sido cruciales para adquirir maquinaria, adoptar soluciones tecnológicas como ERP o e-commerce, e incluso reducir costos operativos. Esta modernización les ha permitido competir en mercados más grandes y elevar su productividad de forma significativa.
Otro punto que me entusiasma es el auge del financiamiento verde y sostenible. Vivimos en un contexto donde la sostenibilidad no sólo es una tendencia, sino una necesidad. Los créditos sostenibles y bonos verdes están ayudando a las Pymes a implementar prácticas más responsables, como la inversión en energías renovables o eficiencia energética, y lo mejor de todo es que, además de contribuir al medioambiente, suelen ofrecer tasas preferenciales que reducen los costos a largo plazo.
Por supuesto, hay opciones menos convencionales, pero igual de útiles, como el Leaseback. Este mecanismo permite conseguir capital vendiendo un activo fijo para luego arrendarlo, lo que convierte el valor del bien en liquidez sin perder su funcionalidad. Es una solución que se adapta bien a empresas en Chile que buscan financiar su expansión o mejorar su solvencia.
Sin embargo, no todo es acceso a crédito; la educación financiera y la consultoría personalizada juegan un papel clave. Muchas Pymes no sólo necesitan financiamiento, sino también aprender a usarlo de forma responsable y estratégica. La capacitación y el asesoramiento que algunas instituciones financieras ofrecen son un apoyo invaluable para mejorar la planificación y toma de decisiones.
Además, valoro profundamente los plazos flexibles que algunos productos financieros ofrecen, considerando la estacionalidad o los ciclos productivos. Los períodos de gracia, por ejemplo, permiten a las empresas estabilizarse antes de comenzar a pagar, lo que reduce la presión financiera inicial y mejora su capacidad de cumplir con las obligaciones adquiridas.
Finalmente, quiero subrayar el impacto que tiene el financiamiento en la formalización y profesionalización de las Pymes. Acceder a estos productos implica muchas veces organizar registros contables y fiscales claros, lo que abre la puerta a beneficios adicionales como incentivos tributarios o programas de apoyo gubernamental.
En conclusión, el financiamiento adecuado es más que un recurso; es una palanca de transformación para las Pymes. Es momento de que estas herramientas sean aprovechadas al máximo, no solo para resolver problemas inmediatos, sino para construir empresas más competitivas, sostenibles y preparadas para los desafíos del futuro.