Hoy una alumna decidió hacer esta construcción en mi clase. Tenía dos opciones:
1.- Reprenderla por irreverente,_ 2.- Elogiarla por su enorme capacidad de escucharme (así me dijo) y hacer semejante obra de arte a la vez.
Me decidí por la segunda opción. Luego la desafié para que la desarme en 60 segundos sin que se caiga ningún lápiz, y lo logró. Sus compañeros estaban asombrados…
Ahora me pregunto: ¿Qué es aprender realmente? ¿Estar atentos a «nuevos» conocimientos o a practicar y desarrollar los que ya tenemos innatos? ¿O ambos?
Entonces mi alumna ¿fue irreverente en mi clase o una genia que logró hacer las dos cosas?
Les dejo esta anécdota para pensar aquellos que hacemos decencia… Ojalá no seamos “asesinos” con la creatividad en el aula.
Ptr. Carlos Velis
Licenciado en Teología
Prof. en Ciencias de la Educación
Formosa -Argentina