El Plan Nacional Sumo Primero, iniciado en 2019, demuestra que los proyectos educativos con visión de largo plazo pueden transformar la manera en que aprenden niñas y niños en Chile. Con una metodología coherente, apoyo docente y proyección a largo plazo, esta política pública ha logrado instalar una nueva forma de enseñar matemáticas en las escuelas chilenas, superando la lógica de los cambios de gobierno.
Para lograr mejoras significativas en el aprendizaje de niñas y niños en etapas tempranas, los proyectos y estrategias educativas requieren continuidad. Un ejemplo virtuoso en este sentido lo representa el Plan Nacional Sumo Primero, impulsado por el Ministerio de Educación y el Laboratorio de Educación del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile (CMMEdu), el cual busca propiciar cambios profundos en la forma en que los escolares chilenos aprenden matemáticas.
Mediante un método japonés probado con éxito en Indonesia, Tailandia y México, entre otros países, el Plan Nacional Sumo Primero se basa en la colección de textos “Sumo Primero”, que corresponde a una adaptación de los textos japoneses Study with your friends: mathematics for elementary school, desarrollados por el profesor Masami Isoda de la Universidad de Tsukuba y la editorial Gakko Tosho Co. En Chile, la adaptación fue realizada por el CMMEdu junto con expertos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
Soledad Olivares, profesora de Educación General Básica en el colegio Mosaicos de Arica, trabaja con la colección “Sumo Primero” desde 2020. Para ella, los textos han generado un cambio en la forma en que sus estudiantes asimilan los contenidos: “‘Sumo Primero’ logra que los niños y niñas aprendan la materia que estamos tratando de forma mucho más fluida, ya que está enfocado en el desarrollo de habilidades, más que solo en la memorización”.
El diseño y presentación de los contenidos, incluyendo imágenes y otros recursos gráficos que se repiten desde el texto de 1º hasta el de 6º básico, es otro punto destacable. “El hecho de ser una serie hace que los alumnos vayan relacionando año a año lo aprendido. Incluso si cambian de profesor, los niños van a poder seguir aprendiendo matemáticas de la misma manera”, agrega Olivares.
“Bajo la filosofía de Sumo Primero, pasar de una multiplicación de números naturales a una multiplicación de fracciones ocurre de manera muy natural. Sin embargo, para lograrlo, necesito que cuando el profesor enseñe a multiplicar fracciones sepa cómo los niños de cursos previos construyeron la multiplicación de números naturales”, opina Daniela Rojas, investigadora del CMMEdu y coordinadora del Plan Nacional Sumo Primero
Cambio de paradigma
La colección de textos Sumo Primero comenzó a desarrollarse en 2019. María Isabel Baeza, quien se desempeñaba como coordinadora Estándares y Evaluación del Mineduc en aquel entonces, recuerda: “De los textos originales japoneses nos llamó la atención el tratamiento de las matemáticas, el cual privilegiaba la adquisición de la habilidad por sobre la memorización, y lo profundo que avanzaban desde una progresión muy lógica y coherente”.
De esta forma, Sumo Primero permitió abordar uno de los problemas históricos de la educación en Chile: la falta de continuidad en el uso de materiales, con una misma línea metodológica, a lo largo de distintos ciclos escolares.
Nicolás Cataldo, ministro de Educación, expresa la importancia de que políticas educativas como esta trasciendan los gobiernos de turno. “El Plan Nacional Sumo Primero, que es parte de la estrategia de Reactivación de la Matemática del Mineduc, tiene una mirada de trayectoria, y para que este aprendizaje sea efectivo es condición fundamental el desarrollo y consolidación de políticas educativas con mirada de mediano y largo plazo, capaces de sostenerse y desarrollarse más allá del ciclo de una administración gubernamental”, explica.
Contar con una colección coherente de libros también favorece a los docentes. “Los textos escolares no solo son un apoyo para su labor; también aprenden de ellos. Cambiar libros y metodologías de enseñanza cada cierto tiempo implica un esfuerzo enorme para los profesores. Para que un libro sea una herramienta efectiva de formación, para los alumnos y para los docentes, es fundamental darle continuidad en el tiempo», explica Salomé Martínez, directora e investigadora del CMMEdu.
Para María Isabel Baeza, quien hoy continúa participando del proceso de apoyo docente de Sumo Primero que se está realizando en todo el país, una de las grandes virtudes que posee esta metodología es que permite trabajar las cuatro habilidades que se debieran adquirir en la asignatura de matemáticas: representar, resolver problemas, modelar, y argumentar y comunicar.
“Antes de Sumo Primero, los profesores de matemáticas no estaban acostumbrados a dejar que los niños y niñas argumenten, a que descubrieran cuál es el procedimiento matemático que se debe emplear en cada caso. Esta colección propicia que sean los propios estudiantes quienes vayan forjando y descubriendo estos conocimientos. Es un cambio de paradigma muy grande”, sostiene.
Además de la colección de textos, el plan –que busca impactar a 1.350.000 estudiantes a lo largo de todo Chile de aquí a 2026– incorpora el uso de IA para apoyar la labor docente y un programa de formación nacional para más de 30 mil profesores, con el respaldo y participación de diversas universidades y Servicios Locales de Educación Pública, SLEP a lo largo de todo el país.