Donación de órganos en Chile: un compromiso de vida

Marcela Díaz
Directora de Enfermería Campus Casona
Universidad Andrés Bello

La donación de órganos en Chile representa un acto de generosidad que transforma y salva vidas. En 2024, el país alcanzó un récord histórico con 675 trasplantes, superando los 608 del año anterior. Sin embargo, cerca de 2000 pacientes aún esperan un órgano, la mayoría un riñón, y la tasa de donación efectiva se mantiene en torno a 10 donantes por millón de habitantes, por debajo de los estándares internacionales.

Uno de los principales desafíos es la negativa familiar. Cerca del 60 % de los hogares rechaza la donación, incluso cuando la persona fallecida no manifestó oposición en vida. Este momento se produce en medio de un duelo profundo y sorpresivo, lo que exige un acompañamiento cercano.

En Chile, la ley establece que toda persona mayor de 18 años es donante por defecto, salvo que haya expresado lo contrario en el Registro Civil. Sin embargo, los equipos de salud deben solicitar igualmente la autorización de la familia, lo que refuerza la importancia de conversar sobre este tema con los seres queridos.

A la par, existe la donación en vida, permitida solo bajo condiciones específicas, tales como que debe ser un acto altruista y voluntario, entre familiares cercanos o convivientes, y nunca poner en riesgo la vida del donante. La ley prohíbe cualquier tipo de beneficio económico asociado.

El Instituto de Salud Pública a través de sus organismos competentes organiza las listas de espera y asigna los órganos bajo criterios de compatibilidad, urgencia y tiempo en lista, sin discriminación más que la de compatibilidad y de tiempo en lista de espera, quedando eludidos factores como sistema previsional, condición socioeconómica u otras.

Donar órganos es donar vida. Y cuidar tanto a quien dona como a quien recibe es también parte de la misión de la enfermería.

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